Una cosa es correr riesgos -algo inherente a casi todas las actividades humanas- y otra muy diferente hacer las cosas “a lo Gorras”...Son válidos los argumentos de las autoridades educativas sobre la necesidad de que los escolares regresen a clases presenciales tras 17 largos meses de actividades a distancia. Empero, los temores de los padres de familia por hacerlo dentro de dos semanas, cuando la pandemia de COVID-19 registra un repunte significativo y hay dudas sobre si el semáforo epidemiológico está en naranja o rojo, son razonables, comprensibles... y respetables.-II-Paola Gómez, oficial de educación Unicef México, asevera (“Milenio”, VIII-16-21) que “México es el país del mundo que más tiempo ha mantenido el cierre de escuelas por la pandemia”; que la medida ha generado violencia, desnutrición y daños sicológicos; que en muchos países -Italia, Reino Unido y Francia, entre otros- las escuelas han reabierto..., y han cerrado cuando ha habido picos en la pandemia; que en Costa Rica están abiertas y en Nicaragua no cerraron, sin que eso incrementara significativamente los contagios de los niños. Dio datos: “Los niños y niñas que van a la escuela han representado un 0.02 por ciento (dos en diez mil) de contagios”; es decir que están más expuestos en centros comerciales, cines, parques u otros espacios, que regresando a las escuelas.Se asume que muchos planteles desde antes de la pandemia arrastraban deficiencias, porque los recortes presupuestales -en lo que atañe a las oficiales- han afectado su mantenimiento. En el caso concreto de Jalisco, la Secretaría de Educación estima que 300 escuelas han sido vandalizadas durante la pandemia; otras 164 reportan daños estructurales graves, que ponen en riesgo a 50 mil niños, y solo 16 de ellas serán intervenidas este año.Ese es el panorama -muy lejos del ideal ciertamente-... “pero si nos esperamos a que todas (las escuelas) estén en condiciones óptimas -dice la misma Paola Gómez-, los niños no van a regresar”.-III-La Unicef tiene autoridad moral para emitir recomendaciones como las apuntadas. Las decisiones, así como las medidas orientadas a reducir los contagios -filtros sanitarios, protocolos de higiene, recreos escalonados, normas como la de no compartir alimentos, vigilancia de los mentores para aplicar estrictamente esas pautas...- corresponden a las autoridades de cada país...La última palabra, en todo caso -es decir, en todos los casos-, por cuanto están en juego la salud y aun la vida de sus hijos, debe corresponder a los padres de familia.jagelias@gmail.com
