Inicia muestreo sobre impacto de la tecnología

GUADALAJARA, JALISCO (04/ABR/2016).- El Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme) realizará un muestreo en niños de seis escuelas de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), como parte de una investigación sobre el abuso de dispositivos electrónicos como tabletas, celulares o televisores.

La hipótesis es: el abuso del uso de las tecnologías impacta de manera directa a niños y adolescentes, tanto en el peso como en su interacción social y conducta, por lo que quieren comprobarlo a través de un estudio en niños de ocho a 14 años.

Aunque se proyectaba que el diagnóstico pudiera concluirse desde el año pasado, el jefe de Investigación del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme), César González González, dijo que el protocolo del estudio ya está listo. El proceso está en la etapa de trabajo de campo, a punto de iniciar en seis escuelas de la ZMG, con el previo conocimiento y aceptación de los padres de familia.

“Se pide el consentimiento a los padres, y una vez que los padres lo dan, se aplican tres instrumentos ya diseñados por investigadores a nivel nacional: uno es sobre los hábitos de uso de tecnologías de la información y el impacto de la socialización; se van a medir y pesar para sacar un índice de masa corporal, y el otro es un instrumento que mide síntomas de ansiedad y depresión”.

El muestreo se hará en seis escuelas; tres públicas y tres privadas, con un alcance de entre 600 y 900 niños en edad escolar y de primero y segundo de secundaria, aproximadamente.

Una vez realizado el estudio, que se pretende tenga una duración de una a dos semanas en cada escuela, se informará de los primeros resultados en el mes de junio a más tardar.

Después, se pasará esta información a la Secretaría de Educación Jalisco, a fin de que se diseñen políticas públicas para atacar el problema. Además, los niños detectados con problemas, serán derivados para que reciban atención psicoeducativa, dependiendo cada caso.

“Estos trabajos deben de ir a las manos de quienes toman decisiones, en base a información que es real y científica, y puedan desarrollar una política pública” explicó el funcionario.

Claves de la investigación

Los planteles que serán objeto de estudio fueron elegidos de tal manera que representen una muestra clara de lo que sucede en la población de la ZMG.

A los niños se les revisará de manera física, con medición de talla y peso, así como cuestiones psicológicas.

CRÓNICA

“No es antisocial, pero sí es tímido”

Un regalo siempre se da con las mejores intenciones, más cuando se trata del obsequio que otorga un padre a un hijo.

Óscar Tapia decidió regalar un videojuego a su hijo de seis años, quien al principio no hizo mucho caso del aparato; ya que él prefería utilizar otros juguetes.

Con el tiempo, su hijo comenzó a usar el videojuego por más tiempo, hasta llegar a utilizarlo por ocho horas en un día de fin de semana.

Y aunque, el ahora adolescente de 15 años, cumple con sus tareas en casa, saca buenas calificaciones en la escuela y no tiene comportamientos de rebeldía o desobediencia, su padre se preocupa por su falta de interacción social, al dedicar hasta cinco horas diarias a jugar con su consola, en lugar de dedicar su tiempo en otras actividades.

“No es antisocial, pero sí es tímido, no sale muy a menudo a la calle, tiene amigos que están relacionados con lo mismo, con los mismos juegos; incluso llega a pasar hasta ocho horas jugando, cuando es fin de semana, y por más que le digo, no me entiende”.

A su hijo no le gustan los deportes, a pesar de los fallidos intentos de sus padres al pagarle cursos de natación, futbol y básquetbol, así como uno más de pintura, dado su gusto por dibujar. El joven opta por gastar su tiempo libre presionando los botos del control de su videojuego.

Óscar está preocupado por lo que pueda pasar con su hijo ahora y en el futuro en cuestión social y de salud, ya que no realiza actividades físicas o de convivencia con más personas, y cuando salen en familia, su hijo se quiere regresar a casa, por lo general, para seguir utilizando su consola de videojuegos.

Ha hecho varios intentos para tratar de que su hijo vea lo que su adicción al juego puede impactar de manera negativa en su vida, sin embargo, hasta el momento los esfuerzos han sido en vano.

“Yo le digo, hijo, en algún momento, el mundo va a ser tuyo, y si no tienes interacción con alguna persona, o cosas como ir a la tienda, hacer una negociación, no será tan fácil”.

El objetivo del estudio que realizan las autoridades sanitarias de Jalisco  es determinar el impacto social por el abuso de los dispositivos electrónicos en menores de edad.

Tecnología transforma a niños en seres invisibles para la sociedad

Desde 2014, el secretario de Salud Jalisco, Jaime Agustín González Álvarez, advirtió que el abuso de las tecnologías por parte de los niños los hacía “invisibles”, pues cuando utilizan una tableta electrónica, un teléfono o computadora, dejan de interactuar con su alrededor, por lo que era necesario hacer un estudio del impacto en la salud de los menores.

De manera empírica y con observación, investigadores, médicos y padres coincidieron en que los niños, en lugar de hacer ejercicio, jugar, relacionarse con sus pares, estaban inmersos en su dispositivo electrónico, sobre todo en vacaciones.

El jefe de Investigación del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme), César González González, señaló que este tema se ha relacionado más con una adicción, más no el efecto que causa este abuso en la salud mental y física de los menores.

“Se han estudiado mucho las adicciones a las tecnologías de la información, hay múltiples estudios, en México hay por lo menos 600 estudios, pero de la asociación o el impacto que pudieran tener en la salud física o emocional de la población, no hay”.

En temporada vacacional, como Semana Santa y Pascua, así como en vacaciones de Verano o de Navidad,  es importante que los padres de familia tengan mayor cuidado con sus hijos y el tiempo que éstos dedican a los aparatos electrónicos. Lo ideal es que se tengan horarios para el uso de estos aparatos, para que no se llegue a tener un uso excesivo al grado de que los menores ya no quieran hacer otras actividades.