Durante la época invernal, la salud del ser humano, en particular los sistemas respiratorio y cardiovascular, puede verse afectada especialmente por las inversiones térmicas, debido a que el aire frío y caliente de la atmósfera se invierten.En zonas geográficas como el Valle de México, este fenómeno se presenta con más frecuencia, ya que las serranías (montañas) que circundan la ciudad reducen la ventilación que se necesita para que la contaminación se disperse.Por esta razón, en las mañanas de invierno, de noviembre a febrero, es frecuente observar una espesa capa de contaminación formada por las partículas suspendidas, que por su composición y tamaño es difícil que se dispersen en el aire y es más fácil que entren a los pulmones del ser humano y se alojen en ellos.La contaminación por partículas se relaciona con casos de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), crisis en asmáticos y aumento del riesgo de infarto al miocardio, entre otras, por lo que la Comisión Ambiental de la Megalópolis recomienda extremar precauciones.En caso de realizar actividades físicas en las primeras horas del día, recomienda consultar la calidad del aire, debido a que los efectos ocasionados por la alta concentración de contaminantes van desde catarros comunes, gripe, irritación ocular persistente, amigdalitis, sinusitis, resequedad de la piel, laringitis y bronquitis, hasta neumonía.Por ello, sugieren incluir en la dieta frutas y verduras, sobre todo las que contienen vitaminas A y C.OA