En las elecciones del 6 de junio el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se juega la posibilidad de conservar una mayoría en el Congreso con su partido, Morena, y acelerar lo que él llama la "cuarta transformación" (4T), o un salto hacia el autoritarismo, de acuerdo con sus detractores.A continuación se detallan algunas claves para descifrar lo que puede venir tras las votaciones 2021.Es el nombre que López Obrador dio a los cambios que quería poner en marcha para instalar otra forma de hacer política sin corrupción, privilegios, ni impunidad, dejando atrás el neoliberalismo y poniendo a los pobres por delante. A su juicio, sería tan importante como las otras tres grandes transformaciones de México: la independencia de España, las reformas liberales del siglo XIX y la revolución de principios del XX.Una abrumadora mayoría le creyó y votó por él en 2018. Ahora el país está dividido casi por igual entre fervientes admiradores y férreos detractores. Las posturas intermedias parecen haber desaparecido.El Presidente López Obrador necesita al Congreso para sacar adelante sus iniciativas y reformas constitucionales. Gracias a su liderazgo, su partido Morena consiguió sumar una mayoría en ambas cámaras que no había tenido ningún Ejecutivo federal desde 1997.Por primera vez en más de 20 años no han sido necesarios acuerdos con los partidos de oposición. El oficialismo optó por avanzar rápido con la agenda presidencial e impulsó normas que antes de aprobarse ya auguraban problemas, explicó Julio Téllez, investigador del colectivo Buró Parlamentario.El resultado: muchas leyes están bloqueadas o recurridas en los tribunales pero la mayoría de las propuestas de la 4T ya son realidad, al menos en el papel.En las elecciones de medio mandato se renovará la Cámara de Diputados, 30 de los 32 congresos estatales y se elegirán 15 gobernadores además de miles de alcaldes.Si Morena consigue una amplia mayoría en el Congreso podrá avanzar sin problemas la reforma de los organismos autónomos, cambios en la ley electoral o reformas constitucionales sin necesidad de consensuarlas. Algunos analistas consideran incluso que López Obrador podría aspirar a redactar una nueva constitución, aunque la tradición mexicana ha optado durante décadas por reformar la existente (que data de 1917) en lugar de hacer una nueva.Si Morena no consigue la mayoría se reforzará el escenario de un líder fuerte con un partido débil en el que la verdadera oposición serán los gobernadores.Pero al margen de los resultados electorales, un elemento clave será la consulta popular prevista para 2022 de revocación de mandato, en la que los mexicanos dirán si quieren o no que el Presidente siga gobernando.Ese referendo podría poner sobre la mesa la reelección presidencial. La constitución lo impide y el propio López Obrador lo ha descartado muchas veces, pero es el fantasma que la oposición no deja de alimentar.IM