Desde la mañana en el Capitolio hasta la tarde noche en la Oficina Oval de la Casa Blanca, pasando por el estadio Capital One de Washington, la segunda temporada de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos inició ayer con la demagogia populista que le caracteriza y sus amenazas de campaña convertidas en órdenes ejecutivas.Desde la comodidad del poder sin contrapesos con la que Trump se convierte en el cuadragésimo séptimo presidente estadounidense, por su aplastante triunfo electoral de noviembre pasado, cuando el Partido Republicano ganó las mayorías de las Cámaras de Representantes y de Senadores, la mayoría de gobernadores y del voto popular, el magnate neoyorquino se jactó de encabezar el movimiento político más exitoso de la historia de ese país, acuñado como MAGA por sus siglas en inglés: “Make America Great Again”.Ese movimiento, aseguró en el tono mesiánico que también acostumbra, volverá a dar a Estados Unidos una “época dorada” que empezaba desde ayer que volvió a inaugurar su estancia en la Casa Blanca, sin importarle que llega como un delincuente convicto.Las hostilidades hacia México no se hicieron esperar en el discurso trumpista, desde el anuncio del envío de militares a su frontera Sur para detener el flujo de migrantes y la entrada de drogas, hasta su insistencia en promover el plan para que los que quieran entrar a Estados Unidos se queden en México. También ratificó su ocurrencia de que cambiará el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América.Así, quedó claro que, al menos en su narrativa, el Gobierno de Trump no dará tregua al Gobierno mexicano en el endurecimiento de sus políticas migratorias, comerciales y de seguridad, al señalar también ayer que los grupos delincuenciales serán considerados como organizaciones terroristas.Además del anuncio de deportaciones masivas a quienes estén en calidad de indocumentados, Trump ordenó la cancelación de la aplicación migratoria CBP One que utilizaban los migrantes para buscar asilo en Estados Unidos desde territorio mexicano, lo que implica que muchos extranjeros que están en nuestro país con ese objetivo tendrán que buscar la forma de regresar a sus países, pero mientras tanto, el Gobierno mexicano se verá en la necesidad de brindarles apoyo.El día terminó con la oda de Trump a los aranceles que impondrá a todo país que envíe sus productos a sus fronteras y la orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, que rápidamente condenaron liderazgos internacionales em materia de protección ambiental.Así, la fiesta que inició ayer Trump podría tornarse en toda una pesadilla para el planeta.
