El gobernador Pablo Lemus Navarro sorprendió la semana pasada al anunciar que Arturo Zamora Jiménez fue elegido para coordinar las tareas de la reforma al Poder Judicial en el Estado de Jalisco. Y la sorpresa radica particularmente no en la persona de Zamora, sino en el aparente alejamiento de los aliados que Movimiento Ciudadano ya tiene en el Poder Judicial para la realización de esta tarea.Zamora Jiménez, ex presidente municipal de Zapopan, ex secretario general de Gobierno durante una parte de la administración de Jorge Aristóteles Sandoval y también uno de los más encumbrados priístas durante la administración de Enrique Peña Nieto, aparece ahora –cuando se le consideraba en el retiro– para hacerse cargo de una de las reformas más críticas que ha emprendido el país: la judicial.Algunos años atrás, después que había anunciado públicamente que se iba del Partido Revolucionario Institucional (PRI) como lo hicieron muchos personajes en Jalisco que ya no encontraron espacio en la nueva etapa del priísmo que encabeza Alejandro “Alito” Moreno, a Arturo Zamora se le conocieron claros acercamientos con Enrique Alfaro Ramírez. En algún momento, incluso, se mencionó su nombre como un posible candidato.Pero también se le relacionó con el partido Morena y en circunstancias similares.A pesar de los años transcurridos desde que había sido presidente municipal, algunas encuestas que midieron el potencial de quienes podían ser candidatos lo incluyeron en las listas.Sin embargo, quizá porque las condiciones no fueron las adecuadas, o tal vez porque él mismo no quería regresar a las batallas políticas internas, las posibilidades de Arturo Zamora se diluyeron y su nombre terminó por desaparecer nuevamente, pero sin crisis ni sobresaltos.Al regresar a la vista pública, el licenciado Zamora toma un nuevo aire. Ya encabeza diálogos con magistrados, jueces, diputados, notarios, dirigentes de partidos y hasta con los consejeros electorales. A más tardar en marzo pretende entregarle al gobernador Lemus el resultado de una propuesta de reforma que, obviamente, deberá estar consensuada y negociada. La meta ideal será que esa reforma se apruebe por unanimidad y sin ninguna protesta.Será complicado poner de acuerdo a todos los diputados en el Congreso estatal porque incluso entre quienes son oposición (Morena y aliados) existen diferencias y posturas que a veces parecen irreconciliables.Pero seguramente, pocos personajes como Zamora cuentan con los puentes de comunicación y las habilidades de negociación como para sacar adelante una reforma judicial que, aprobada sin mayores sobresaltos, pueda ser entregada al Gobierno federal como un nuevo gesto de acercamiento con la Presidenta Claudia Sheinbaum.Naturalmente, en el trayecto de construcción de acuerdos se procederá de modo que los diferentes grupos de interés acepten condiciones diversas: perderán algunas ventajas, pero conservarán o ganarán otras. Esa es la habilidad por la que se encomienda la tarea.Otra cosa muy diferente será que la reforma al Poder Judicial en Jalisco, y las elecciones de jueces y magistrados, resuelvan los problemas que han provocado que la impartición de justicia en Jalisco sea una de las que ostentan más baja calificación en el país. Esa es otra historia.
