Para que un paciente en estado crítico se recupere se necesitan medicamentos y ciertos cuidados físicos, pero también mentales, compartió Humberto Bautista Rodríguez, especialista en Psicooncología y asesor de PiSA Farmacéutica.“Los cuidados físicos y mentales van de la mano. Mientras los enfermeros aplican las medidas, clínicamente hablando, también deben tener una relación de empatía, de cómo se acercan al paciente, porque eso va a beneficiar a que se recupere de manera más rápida”, señaló en el marco del Segundo Congreso Mundial de Enfermería en el Cuidado Crítico.Recordó que el personal de enfermería tiene el trabajo más difícil y menos reconocido, pues son quienes mantienen al paciente estable y lo ayudan a recuperarse.“Se pide hablar con el paciente, retroalimentar, informarle sobre quién es, porque sigue siendo una persona aunque esté vulnerable. Por lo tanto, enfermería tiene un papel más importante que el médico en este caso, porque es quien hará que el paciente se recupere o decaiga”.Por ello, dijo, es importante también cuidar la salud mental de los profesionales.“Hay que supervisar al personal y capacitarlo, pero también darle seguimiento en salud mental, más ahora que hay COVID-19 porque se presentaron muchos cuadros de distrés, estrés, ataques de ansiedad, cuadros de angustia en el personal sanitario por la carga de trabajo y el tipo de enfermedad, que a pesar de los esfuerzos muchos pacientes no sobrevivían. Si el personal está vulnerable mentalmente hablando, pero físicamente bien, estará mal”, añadió.Afirmó que el mayor reto a enfrentar postpandemia será desarrollar más profesionales, pero también más unidades médicas con especialistas en salud mental y asignar más presupuesto a la misma.
