A mitad de precio se pueden comprar medicamentos en las inmediaciones del Santuario en la Zona Centro de Guadalajara, en comparación con el costo de las farmacias autorizadas. Sin embargo, los riesgos a la salud son altos.En 2020, personal de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios clausuró 14 farmacias irregulares en la zona, pero desde entonces este comercio sigue con normalidad. En el operativo, 80% de los medicamentos incautados correspondían a productos con fecha de caducidad vencida, falsificados o identificados como muestras gratuitas. El 20% restante se trató de fármacos del sector salud que sólo pueden venderse con receta médica.El riesgo es que “compras un medicamento que no estás seguro si estuvo almacenado de forma adecuada o no estás seguro de que realmente es el que necesitas. O el medicamento puede encontrarse caduco, lo que puede ocasionar que las personas tengan una reacción adversa, posiblemente una toxicidad”, advierte Elba Romero Tejada, profesora del Laboratorio de Investigación y Desarrollo Farmacéutico de la UdeG. Por eso recomienda no adquirir productos de este tipo en lugares informales. En caso de hacerlo, acudir a algún centro de salud o con un médico particular para cerciorarse de que el medicamento consumido no causó efectos adversos en el organismo. Además, pide a las autoridades sanitarias realizar campañas de concientización.Renegy, una solución inyectable empleada contra la anemia crónica, cuesta cuatro mil pesos en su presentación de 50 miligramos en farmacias certificadas, pero en el Santuario se consigue en dos mil 800. Aunque no es el producto original, sino una solución con carboximaltosa (compuesto para tratar anemia por deficiencia de hierro).La académica puntualiza que este tipo de fármacos, que se recetan para enfermedades crónicas, representa un mayor riesgo al adquirirlos en el Santuario, pues requieren de más cuidados en su almacenamiento y administración. Además, aunque los vendedores aseguran que contiene las mismas sustancias que el original, “muchos de estos productos son muestras médicas o, incluso, el paquete o la cajita son una copia que se mandaron a hacer en una imprenta clandestina”. El Observatorio Nacional Ciudadano colocó al Santuario como uno de los sitios donde más productos apócrifos se comercializan.“La venta apócrifa, ilegal, ha sido un desinterés por parte de las autoridades. Hace falta un compromiso por parte de las autoridades municipales, estatales y federales”, lamenta Rogelio Barba Álvarez, jefe del Departamento de Estudios Interdisciplinarios en Ciencias Penales y Seguridad Pública de la UdeG.Elba Romero Tejada exhorta a la población a comprar sus medicamentos en farmacias autorizadas. “El sistema de salud debe proporcionar este tipo de medicamentos sin costo adicional a los pacientes, eso podría apoyar para que disminuya la demanda de estos medicamentos (en el Santuario)”.Aldactone, uno de los fármacos más comunes y recetados para la hipertensión, tiene un precio que ronda los mil 500 pesos en su presentación de 100 miligramos en farmacias autorizadas. En el Santuario se consigue en 650 con los riesgos mencionados.En 2014, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios aseguró 4.5 toneladas de fármacos en 11 domicilios en el Santuario. Fue uno de los mayores aseguramientos. Fuente: Cofepris. CT