Martes, 26 de Noviembre 2024

“Batalla de castillos” en el culto al Niño Cohetero

Los artesanos de la pirotecnia de la comunidad de Coyula tienen su fiesta dedicada a su santo patrón

Por: El Informador

Los maestros coheteros encienden la chispa y permiten al público que observe su creación, mientras la noche se llena de colores. EL INFORMADOR / F. Atilano

Los maestros coheteros encienden la chispa y permiten al público que observe su creación, mientras la noche se llena de colores. EL INFORMADOR / F. Atilano

Rostros de felicidad y susto de quienes protegen sus oídos del estruendo, la imagen más constante durante la feria. EL INFORMADOR / F. Atilano

Rostros de felicidad y susto de quienes protegen sus oídos del estruendo, la imagen más constante durante la feria. EL INFORMADOR / F. Atilano

El torito: colofón de la festividad religiosa, para asustar a los presentes con decenas de buscapiés. EL INFORMADOR / F. Atilano

El torito: colofón de la festividad religiosa, para asustar a los presentes con decenas de buscapiés. EL INFORMADOR / F. Atilano

Luz y ruido: el regalo de los maestros en castillos. EL INFORMADOR / F. Atilano

Luz y ruido: el regalo de los maestros en castillos. EL INFORMADOR / F. Atilano

Huir de las detonaciones y divertirse al mismo tiempo, sólo en un festejo en honor al Niño Cohetero. EL INFORMADOR / F. Atilano

Huir de las detonaciones y divertirse al mismo tiempo, sólo en un festejo en honor al Niño Cohetero. EL INFORMADOR / F. Atilano

Cientos de personas se reúnen en el poblado de Coyula para observar la “competencia” que libran las estructuras luminosas que un jurado especializado califica. EL INFORMADOR / F. Atilano

Cientos de personas se reúnen en el poblado de Coyula para observar la “competencia” que libran las estructuras luminosas que un jurado especializado califica. EL INFORMADOR / F. Atilano

Año con año, los maestros de la pirotecnia más reconocidos  en la comunidad de Coyula, localizada en el municipio de Tonalá, honran al Divino Niño Cohetero, una imagen religiosa a la que rinden tributo e incluso le dedican una misa en la plaza principal de la delegación.

Pero no todo es solemnidad. Después de la ceremonia inicia la alegría, pues los coheteros, que son considerados tan artesanos como quienes trabajan el barro con sus manos, ofrecen a su deidad más de una decena de castillos de fuegos artificiales, los cuales compiten entre sí y, al cierre de la jornada, un jurado calificado declina por el mejor.

Este año, y porque cientos de asistentes así lo pidieron, hubo estructuras que arrojaron buscapiés de luces y fuego a los presentes, quienes bailaron bajo una lluvia de chispas que a más de uno le cobró factura en la ropa.

Poco a poco, el festejo en honor al Divino Niño Cohetero ha ganado popularidad. Ya son más de 10 años de celebrarlo en Tonalá en un ambiente acompañado con música y baile, pero, sobre todo, con millones de chispas y el incesante silbido de los cohetones detonados en cadena.

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