Una de ellas es, a pesar de todo, la gradual toma de conciencia, en las nuevas generaciones, de la importancia del equilibrio ambiental, del cuidado de la naturaleza, de conservar un nivel de convivencia razonable.El complicado devenir de la ciudad provoca, a menudo, situaciones difíciles y conflictos. Es, precisamente, su procesamiento y conciliación lo que va aportando una cota de ciudadanía cada vez mayor. Es así como los conflictos se van ajustando a principios cívicos, a soluciones viables y realistas.De lo anterior existen muchos ejemplos, algunos ya en curso, otros en vías de consolidación. Tal puede ser, con sus excepciones, la conciencia instalada en la gran mayoría de los ciudadanos acerca de la fundamental riqueza, y aún más allá, de la urgente necesidad de conservar nuestros principales recursos naturales.Los principales elementos naturales con los que cuenta la región metropolitana de Guadalajara son: el bosque de la Primavera, la Barranca de Oblatos o de Huentitán, el valle de Tesistán, el valle de Toluquilla. Sobre todos ellos ha pesado el abuso y el deterioro, muchas amenazas todavía penden en su contra. Sin embargo, la mencionada conciencia ambiental que cada día parece arraigarse más en la ciudadanía ha logrado que grupos muy diversos, desde distintos frentes, luchen cada vez con mayor éxito por preservar esos invaluables patrimonios.Aunado a lo anterior, es factible mencionar la defensa creciente del patrimonio construido. Éste fue, a través de decenios, maltratado o demolido. Poco a poco, y con mayor intensidad recientemente, la misma conciencia de la valía de muchos entornos y de ejemplares edilicios específicos ha hecho más raros los destrozos, y más importante todavía, se ha logrado implantar entre amplios sectores de la población la certidumbre de que la ciudad, la casa de todos, guarda su memoria y su identidad precisamente en ese acervo patrimonial.En una escala mayor, la región comprende la invaluable Laguna de Chapala, posiblemente la mayor riqueza ambiental del Estado. A pesar de amenazas y eventuales retrocesos la salud del mayor cuerpo de agua que existe en la República se va afianzando poco a poco.Quizás los mayores retos pendientes sean el saneamiento del Río Santiago y de otros cuerpos de agua, y el control de la calidad de la atmósfera metropolitana. Dentro de esta atmósfera se incluyen todos los tipos de contaminación que conocemos. Cuidar de estos patrimonios será responsabilidad de todos. jpalomar@informador.com.mx