El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha llenado los fines de semana con videos y anuncios en sus redes sociales, a falta de ruedas de prensa mañaneras en sábado y domingo. El 16 de mayo, con un video en el que fue recinto del Poder Legislativo en Palacio Nacional, con todo y una breve clase de historia, anunció que dejaba a disposición de todos los mexicanos su ensayo “La nueva política económica en los tiempos del coronavirus”.¿Quiere leerlo? Basta que escriba esto en la barra de búsqueda de su computadora o su teléfono celular: https://bit.ly/EnsayoNuevaPoliticaNo espere sorpresas ni ideas diferentes de lo que ya se ha dicho en muchas ocasiones.Pero conviene leerlo y conocer de primera mano lo que dice el Presidente, sin las interpretaciones de quienes aprueban todo lo que hace, y la condena total de quienes son sus “adversarios”.El texto del Presidente es repetitivo en los conceptos fundamentales; ya los ha manejado durante su gestión al frente de la Cuarta Transformación, y con esa habilidad que tiene para aprovechar las circunstancias y hacerlas ver como ventaja en sus proyectos, intenta presentar la pandemia del coronavirus como la ocasión idónea para aplicar los cambios radicales de su proyecto económico para el país.El ensayo de López Obrador no es un texto histórico. No estamos leyendo los pensamientos de un autor que haya quedado atrás en la historia. Se trata de las ideas del Presidente en funciones, y por eso hay que analizarlas en medio de los incidentes y acciones presentes.Es fundamental recordar que apenas hace unos días, en una de sus mañaneras pidió (porque no fue sugerencia) que se abandone ya la medición del Producto Interno Bruto (PIB); también que se mida la espiritualidad y que se considere no la productividad, sino la felicidad de las personas.Y entre las incidencias que todos podemos atestiguar, también ocurrió que al día siguiente de la presentación de su ensayo, el presidente nacional del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, Alfonso Ramírez Cuéllar, propuso una reforma que haga del Inegi una institución facultada constitucionalmente para indagar e investigar qué propiedades tienen todos los ciudadanos.Puede analizarse por separado cada uno de los actos, el del Presidente y su ensayo, y el del dirigente formal de Morena. Pero anunciados con apenas unas horas de diferencia, no puede dejar de hacerse una lectura política: el Mandatario trata de implantar una valoración diferente de la economía y el dirigente del partido mayoritario quiere que sea posible conocer todo lo que poseen las personas, ¿para qué? Para juzgar, cobrar y disponer de información privada de la gente, en beneficio del Estado.Al menos en su pretensión, por más disparatada y criticada que sea, se trata de una tentación autoritaria que quiere disminuir libertades individuales. Todos los gobiernos anteriores han pretendido aumentar su autoridad, y el actual, por más que se vista de bondad, lo es igualmente.El Presidente, en tanto, aboga por la honestidad, el combate a la corrupción y una evaluación siempre positiva de la 4T, como si no hubiera nada criticable... la felicidad que propone está muy oculta.