Otra película de terror, enésima en el boxeo, circulo vicioso que ha terminado en tragedia. Miguel Berchelt comprobó el sábado en Las Vegas que debe colgar los guantes. Nada de aceptar otra pelea “porque regresaré más fuerte”. La exhibición ante el oriundo de Namibia, Jeremia Nakathila, no permitió duda, fue castigado fuertemente desde el inicio del compromiso, golpes severos, casi sin respuesta, visitó la lona en el tercer round, se incorporó sólo para observarse extraviado, con piernas tambaleantes, lento en sus ofensivas. Ya para el cuarto episodio las alarmas estaban encendidas, olía a tragedia en el cuadrilátero del Resorts World de Las Vegas, pero nadie se atrevía a salvar a un indefenso Berchelt. Fue en el sexto asalto cuando por fin el médico de ring corrió en auxilio del nacido en Mérida, Yucatán. Le salvó la vida al no permitirle continuar el siguiente capítulo. Era el regreso de Berchelt, después del estremecedor nocaut que le aplicó Óscar Valdez, en Las Vegas en febrero de 2021, la misma noche que el yucateco sorprendió al mundo del boxeo, se presentó lento como paquidermo, sin poder coordinar sus movimientos, impreciso en sus ataques, con piernas tambaleantes, un desamparado con el que se lució el oriundo de Nogales para ganarle el campeonato mundial Súperpluma CMB. Después de la experiencia terrorífica de Miguel con Óscar, Alfonso Zamora dijo que Berchelt estaba reducido por las secuelas del COVID-19, que padeció en octubre de 2020. El ex campeón mundial Gallo AMB dijo que no es fácil regresar del COVID-19. El Berchelt fuerte, rápido, certero, noqueador, que ganó el campeonato mundial Súperpluma CMB, despareció aquella noche del 20 de febrero de 2021, y coincide después de que enfermó de COVID-19. El mismo boxeador peninsular no debió aceptar el enfrentamiento con Nakathila, en sus adentros posiblemente sabía que sólo estropearía más su físico. Entre Óscar Valdez y Jeremia Nakathila, Berchelt seguramente ha perdido más de un 30 por ciento de su capacidad física. El médico de la Comisión de Box a la que pertenece el meridense, su entrenador, su promotor, pudieron no permitir que el mexicano se estrellara en el muro africano, pero el olor a dólares los extravía, es el pasaporte a la muerte. Un ejemplo más de cómo no se debe dirigir el boxeo…Y por ahí estaré atisbando.