Desde la semana pasada, el gobierno federal y la dirigencia de Morena han emprendido una campaña en contra del Instituto Nacional Electoral (INE) y específicamente en contra de Lorenzo Cordova, su presidente.Los motivos de los ataques son dos.Por un lado, por el criterio establecido para evitar que la sobrerrepresentación de cualquier fuerza política en la Cámara de Diputados rebase lo que dice la Constitución, es decir, que ninguna fuerza política tenga una proporción de curules superior en más de 8 puntos porcentuales al porcentaje de votos obtenidos, lo que no gustó a Morena.Por otro lado está la cancelación de 49 candidaturas de Morena a diversos puestos de elección popular por no haber reportado sus gastos de precampaña. Destacan desde luego las casos de Félix Salgado Macedonio y de Raúl Morón, candidatos a los gobiernos estatales de Guerrero y Michoacán, respectivamente.Aunque Morena ya impugnó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para tratar de revertir las decisiones del INE, ello no quitó la intención de lanzar una campaña contra el INE.El propósito visible de Morena es cuestionar desde ahora la legitimidad del Instituto y en caso de que el resultado de las elecciones del 6 de junio no les sea conveniente, poder deslegitimar el proceso.Si me permite la metáfora, el objetivo es desacreditar al árbritro antes del partido por si el equipo morenista pierde, poder cuestionar el resultado y crear las condiciones para que el TEPJF tome decisiones favorables a Morena.El objetivo es obtener de nueva cuenta la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, con el propósito de impulsar la realización de reformas constitucionales que quiere el gobierno y garantizar que en 2023, cuando cambien tres consejeros del INE, entre ellos el propio Córdova, Morena pueda definir libremente los relevos.Podría ser también que con una mayoría calificada, el gobierno intentara una reforma electoral que cambiara de raíz el INE y estableciera mecanismos más proclives a ser controlados por el gobierno federal.Así que el resultado de este 6 de junio es más que relevante para el partido en el gobierno y por ello busca presionar al INE e inclinar a su favor la balanza en el tribunal electoral.En la analogía futbolera, se ha comparado al TEPJF con el VAR. El árbitro puede tomar decisiones polémicas que van a ser cuestionadas por uno de los equipos que disputan el partido. Pero, si se cuenta con un encargado del VAR que pueda estar de parte de Morena, es probable que las decisiones del árbitro se revisen de manera frecuente y eso es más fácil de conseguir con un INE cuestionado.La experiencia ha mostrado que el presidente de la República puede ejercer presión para conseguir que las decisiones del tribunal vayan a su favor.La primera gran prueba será el tema urgente de las candidaturas de Salgado Macedonio y Morón. Si las reponen, será una mala señal para todo el proceso electoral.