Por más que analistas, investigadores, académicos y críticos profesionales de nuestro país buscan explicarse la inédita situación por la que se atraviesa en la actualidad, resulta por demás difícil establecer o siquiera pronosticar lo que habría de hacerse para lograr un país unido en torno a los intereses de todos y cada uno de los segmentos sociales.Aunque pareciera que se trata tan sólo de una ocurrencia, una de las incógnitas que surgen con mayor concurrencia es la de si en nuestro país debiera haber más política, más políticos o más vividores de la política.Como se ha dicho en múltiples ocasiones y desde tiempos inmemorables, la política es considerada la madre de todas las ciencias, pues bien entendida y puntualmente aplicada se convierte en la herramienta vinculatoria más adecuada para conocer, atender y resolver los problemas sociales de cualquier tipo de comunidad, sin importar cultura, idioma o religión que se profese en la misma, ya que mediante su debida aplicación, todos los segmentos de la comunidad de que se trate, habrán de salir beneficiados.Es importante destacar la necesidad de realizar una difusión mucho más amplia de su significado y alcances, pues la mala percepción que de ella se tiene es producto de quienes dicen operarla pero que prioritariamente buscan su beneficio personal, de ahí el cuestionamiento acerca de si es necesario prohijar a más políticos, los que sin duda alguna nos hacen falta -la mayoría de las personas se persignan, maldicen o simplemente dicen no interesarse en la misma, precisamente por endilgarle inapropiadamente como la causante de todos los males-, a condición de que se trate de personas ideológicamente y/o socialmente formadas y comprometidas con las mejores principios.Sin embargo, muchos de quienes la ejercen resultan ser los más denostados en la conciencia pública dadas las enormes fortunas que logran amasar a través de múltiples acciones, no necesariamente apegadas a la ley, además del abierto alejamiento de las prioridades sociales, y de una manifiesta inexperiencia en la materia.Por lo que hace a “los vividores de la política”, el sentido peyorativo de esa expresión es el que prevalece, pues aunque el vivir de esta ciencia es totalmente honesto, lo que sucede en la realidad es muy distinto, y el sólo hecho de la aparición de cada vez más partidos políticos nos deja ver que no necesariamente se trata de una acción de buenas intenciones, sino de sobrevivencia, luego de quedar fuera de la nómina de los partidos tradicionales.APUNTEAsí las cosas, reflexione usted y decida la disyuntiva a seguir siempre y cuando usted también se vea inmerso en la ruta a seguir, pensando en ¿cuáles son las necesidades reales del Estado mexicano?Para tener una idea, Eduardo Galeano, afirmó que “los amos del mundo son locos enamorados de la muerte”.