Corregido y siniestramente aumentado volvió a aparecer este fin de semana el eje delincuencial sobre el que gira el más grave lastre de inseguridad que sufrimos en Jalisco como lo es el de las desapariciones.No solamente se sumó un nuevo caso de otra desaparición múltiple con el caso de César Martínez Santacruz, de 46 años, Rosa Adriana Ruelas Medina, de 47, y Erika Jazmín Rosales Martínez, de 29, de los que no se sabe nada desde el 28 de septiembre cuando circulaban en un auto Jetta, rojo, placas NVL6345, por la autopista Guadalajara-Morelia, a la altura del municipio de La Barca, sino que de las fosas clandestinas pasamos a confirmar ahora la utilización de hornos crematorios clandestinos en plena Zona Metropolitana de Guadalajara.Así el eje delictivo que se compone del problema de las desapariciones; de las casas del terror donde se tortura, se mutila y asesina; de las fosas clandestinas que luego aparecen en esas fincas o a las orillas de la metrópoli y la saturación y crisis forense que complica la identificación de ciudadanos de los que no se sabe su paradero: ahora se prolonga con la articulación de un fenómeno delincuencial más, con la operación de crematorios clandestinos como el que hallaron, aún humeando, el domingo pasado en la Colonia Artesanos de Tlaquepaque las Madres Buscadoras de Jalisco.Ayer personal de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas (FEPD) inició con la exploración del predio en donde este colectivo asegura que se podrían encontrar más hornos clandestinos.Esta nueva desaparición colectiva ocurre cuando aún no se sabe del paradero de las y los jóvenes que siguen ilocalizables luego de dos de las más recientes desapariciones colectivas ocurridas en Jalisco. A fines de julio desaparecieron del conflictivo municipio de Encarnación de Díaz las hermanas Adriana, Marisela, Rosa Olivia, y su amiga Beatriz, que permanecen sin localizar. Tampoco se ha encontrado desde el viernes 11 de agosto a Roberto Cuéllar, Uriel Galván, Dante Hernández, Diego Alberto Lara y Jaime Miranda, los cinco jóvenes amigos desde la infancia vecinos del municipio de Lagos de Moreno. Aunque no por este caso, hay dos detenidos culpados de utilizar los hornos de una ladrillera en aquel municipio de la región Altos Norte para incinerar cadáveres también de forma clandestina, en aquella zona en la que constantemente hay enfrentamientos entre las células del cártel Nueva Generación y del cártel de Sinaloa, que se disputan el control de esos territorios. Con la aparición de los hornos crematorios clandestinos que grupos del crimen organizado utilizan en Tlaquepaque estamos ante un nuevo punto de inflexión que agravará la tragedia humana de las desapariciones que tiene a miles de familias muertas en vida.
