Jueves, 28 de Noviembre 2024

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Los tiempos de la señora Presidenta

Por: Jonathan Lomelí

Los tiempos de la señora Presidenta

Los tiempos de la señora Presidenta

Hay dos críticas futuristas de la oposición a Claudia Sheinbaum, la Presidenta de los 35.9 millones de votos: se encamina al autoritarismo cameral y existe el riesgo de que López Obrador siga mandando sobre ella.

Esta última idea tiene cierto dejo sexista: el prejuicio, subconsciente quizás -ningún crítico lo aceptará-, de que para una mujer es más difícil emanciparse de un jefe político. De ser equivocada mi lectura, ¿por qué nadie cuestiona la autonomía de Pablo Lemus frente a Enrique Alfaro que al final es un “amlito” al estilo Jalisco? 

Por otro lado, la idea del autoritarismo gracias a la mayoría cameral me parece cuando menos hipócrita. ¿El partido de Sheinbaum obtuvo su triunfo vía el voto democrático? ¿Su elección fue legítima? ¿Es legal tener mayoría calificada en la Cámara y una proporción cercana en el Senado? Sí a todo. ¿Entonces cuál es la anomalía? O significa que si las reglas del juego democrático no nos benefician, ¿entonces están mal? 

Ahora, la idea de que “el Presidente se metió e influyó en la elección”, ¿en verdad basta para sostener una apabullante cascada de más de 35 millones de votos? ¿O hay algo más?… ¿Quizá una oposición sin liderazgos ni propuestas? ¿Una agresiva política de programas sociales de la 4T? ¿Un descrédito irremontable de los partidos tradicionales? ¿Un manejo ortodoxo y estable de la economía? 

En todo caso, una mejor pregunta sería esta: ¿por qué el desastre en seguridad no frenó o atenuó la ola guinda? Me parece un misterio. (Por cierto, ¿alguien sabe en dónde andan Xóchitl y su lucha por un México más justo, democrático y seguro?)

Sheinbaum recibió el mandato popular, a través de un parlamento mayoritario, para implementar su plan de Gobierno sin obstáculos. Si tu patrón te ordena completar una tarea con todas las libertades y confianza, ¿por qué sería necesariamente malo?  

Sólo trato de buscar el envés del discurso opositor, el mismo que no le funcionó durante seis años. La denuncia alarmista, el vaticinio de “la demolición de las instituciones” y la sombra maligna de AMLO ya fracasaron como argumentos. 

Por eso me sorprende que la discusión en este momento se centre sólo en la reforma judicial y la “estabilidad de los mercados y el dólar”. Tras la reunión de Sheinbaum con AMLO, la Presidenta electa anunció otras cuatro reformas prioritarias para arrancar su Gobierno: apoyo a mujeres de 60 a 65 años; beca universal para estudiantes de primaria, pensiones dignas para maestras y maestros jubilados del ISSSTE, y eliminar la reelección para cualquier cargo. 

Al ciudadano promedio, ¿qué creen que le importa más? Cualquiera de esas reformas o defender a un poder judicial alejado de la gente, que en la mayoría de los casos representa un tortuoso recorrido pavimentado de corrupción. Es importante discutir y analizar a fondo la reforma judicial, pero la oposición, otra vez, comienza con el pie izquierdo. 

P.D. 

Gracias al IEPC Jalisco por el esfuerzo de publicar ayer mismo algunos datos abiertos de la elección; por la tarde aún trabajaba para publicar la información casilla por casilla. Muchos periodistas y dateros lo agradecemos. 

Le aviso que tomaré unos días de descanso. Nos leemos la próxima semana. 

jonathan.lomeli@informador.com.mx

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