Como en todo proceso electoral, en el que está por terminar el próximo domingo hubo cosas buenas y malas; avances significativos y cosas para el olvido. Como la nuestra es una democracia en eterna construcción siempre hay algo novedoso, una idea buena o una pésima que termina por marcar la elección. Comienzo por lo peor, para cerrar con lo bueno, que también lo hubo.Si bien es cierto que lo más comentado y horrible de la campaña fue la spotiza, eso no fue una novedad sino solo un recuerdo de lo que ya habíamos vivido y nos habíamos quejado hace seis años y que no se corrigió porque los partidos decidieron servirse con la cuchara grande en la típica actitud del “gandalla” frente al bufete del desayuno: si no cuesta atáscate, qué importa que se desperdicie. Lograron que todos los mexicanos aprendiéramos a oír sin escuchar. Sin embargo, lo peor de las campañas 2018 no fueron los spots sino la decepción de los candidatos independientes a la Presidencia de la República. Margarita, “El Bronco” y Ríos Piter se encargaron de desprestigiar una figura que costó mucho trabajo construir. La forma en que trampearon, unos más que la otra, pero no por ello menos criticable, en la búsqueda de las firmas, fue vergonzoso. No podríamos esperar algo distinto de tres tránsfugas de los partidos políticos: su gran “aporte” a la democracia fue llevar a la arena de los independientes los vicios de los partidos. Para terminar el desprestigio, su actuación en las campañas fue poco menos que deplorable: Margarita fue incapaz de construir una propuesta; Ríos Piter, muy independiente, terminó apoyando al PRI para evitar que lo acusaran por la falsificación y promoviendo cadena de ayuno por México (no es broma, es literal: “Oremos por México, mañana 4 de junio a partir de las 9:00 am te invitamos a hacer un ayuno por nuestro amado país…”, decía el comunicado); Jaime Rodríguez, “El Bronco” terminó por desprestigiar la figura con sus figuretas de mocha manos: el corrupto que usó recursos públicos para conseguir su candidatura presentándose como adalid anticorrupción.Lo mejor fue el ejercicio de Verificado 2018. Gracias a este esfuerzo colectivo de varios medios digitales, electrónicos e impresos México pudo saber en muy poco tiempo cuando una noticia era falsa, pero sobre todo cuando un candidato mentía. No es ninguna novedad decir que todos mintieron o jugaron con eso que los políticos llaman medias verdades. Otra vez la sociedad civil, sin un peso de recursos públicos ni necesidad de legislaciones complejas, rebasó a los partidos y a las instituciones por el acotamiento.Me quedo con lo mejor. Verificado llegó para quedarse. Salud.(diego.petersen@informador.com.mx)