Martes, 26 de Noviembre 2024

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La rutinaria irresponsabilidad

Por: Salvador Camarena

La rutinaria irresponsabilidad

La rutinaria irresponsabilidad

Hay que tener muy poca ética para mentirle a una persona sobre su salud, ya no digamos para mentir a un país, para jugar con cifras que no cuadran con la realidad en medio de una pandemia. El día de ayer, en la mañanera, colaboradores de Andrés Manuel López Obrador se plegaron a la intención presidencial de maquillar la realidad en el nada menor asunto de la prevención de contagios de COVID-19. Son unos irresponsables.

Empecemos con el que cobra de secretario de Salud. El señor Jorge Alcocer dijo que ayer era un día especial. No sabría decirles a qué se refería, porque no solo no lo explicó, sino que fue particularmente vago al hablar de las metas de la campaña de vacunación.

“Hoy en el Pulso de la Salud es un día especial”, fueron las palabras textuales del que cobra como secretario de Salud al tomar el micrófono. Luego dijo quiénes hablarían -hubo desfile en el show de ayer- y en su momento señaló que “el maestro Gabriel García nos dirá si cumplimos con la vacunación de los adultos mayores y, de ser así, cómo se logró”. Y no habló mucho más el funcionario que se sienta en el despacho del doctor Kumate.

En su turno, Gabriel García, Coordinador de Programas Integrales de Desarrollo y jefe de los equipos que impusieron la logística (es un decir) de la vacunación en todo el país, se hizo una pregunta retórica sobre la inmunización: “¿Qué lograron (las Brigadas Correcaminos) en este periodo de 10 semanas? La aplicación en su primera dosis de 11 millones 103 mil 825 adultos mayores, 60 años y más, tal cual como se comprometió en la estrategia de vacunación. Es cuanto señor Presidente”.

La realidad es que originalmente la estrategia nacional de vacunación contemplaba que para estas fechas todos los mexicanos mayores de 60 años -un universo calculado en 15 millones- estarían vacunados. Así que decretar que se cumplió la estrategia cuando son alrededor de 4 millones los adultos mayores a los que les falta una dosis para completar el esquema que les daría la protección óptima es ruin.

Ruin porque la información de las fechas en las que se completarán esos esquemas en las distintas poblaciones que aplicaron vacuna de dos dosis se dan a conocer a cuenta gotas, sin involucrar, salvo en casos especiales —léase Ciudad de México—, a autoridades locales y dejando a los adultos mayores en la zozobra.

A pesar de no haber completado ese compromiso, el día de ayer se anunció que los mayores de 50 años ya se pueden registrar para recibir la vacuna. Una vez más el Gobierno pretende administrar las expectativas antes que cumplir.

El ritmo de vacunación diario no es el óptimo y ha bajado en las últimas jornadas. En lugar de terminar de proteger a los adultos mayores se ha iniciado ya la vacunación del personal educativo, y a los médicos privados nunca se les ofreció la protección. Ahora prometen que nueve millones más de mexicanos -los mayores de 50 años- están próximos a recibir sus vacunas.

Ante la desinformación oficial hay que insistir. No son las vacunas, sino una vacunación generalizada en grandes capas de población la que eventualmente ayudará a prevenir de manera significativa los contagios. Y salvo en las vacunas así diseñadas, que son las menos, una dosis no es ni remotamente suficiente para proteger a quien la recibe.

Ayer era un día especial, dijo Alcocer. En realidad no: la irresponsabilidad del mensaje gubernamental es de rutina.

sal.camarena.r@gmail.com

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