Elon Musk es un genio, ni duda cabe. El visionario sudafricano/canadiense/estadounidense ha fundado empresas como PayPal; Space X y la misma Tesla. Otros proyectos suyos, como HyperLoop, prometen revolucionar el transporte en el futuro. Pero probablemente haya sido Tesla la que le dio mayor visibilidad. De alguna manera, Musk fue para la industria automotriz lo que Steve Jobs para la de computación y transformó lo que antes eran aburridos coches pequeños, cuadrados, lentos y feos en autos sexy, veloces y que resolvían la mayor preocupación de los que consideraban hacerse de un coche eléctrico: la autonomía, aunque había que pagar el precio para eso, ya que un Tesla nunca fue barato. Transformar a Tesla de una marca de nicho en una de volumen y realmente poner en el mercado un auto de precio al menos razonable para la clase media fue un desafío que muchos dudaron que pudiera ser logrado, pero aparentemente el incansable Musk lo está haciendo. Sin embargo, hay amenazas mayores para la marca hoy en día.Cuando Audi mostró al público por primera vez el e-Tron, en San Francisco hace algunas semanas, estaba en California no por coincidencia, sino porque sabía que ese era el territorio a vencer, la tierra de Tesla. Los alemanes llegaron con un vehículo que es el tipo de autos que todos parecen querer hoy en día, un crossover. Y en él ponen prácticamente lo mismo que ofrece Tesla en sus mejores modelos, pero con detalles que la marca estadounidense nunca pudo o quiso poner en sus productos: acabados Premium, esa sensación de que reciben un producto que realmente te da lo que pagas por él. En ese pequeño pero muy importante detalle, Musk no se parece en nada a Steve Jobs.El e-Tron es solo el primero de los autos eléctricos que llegan al mercado para competir directamente contra Tesla. Todas las demás marcas ya están trabajando en sus proyectos de autos eléctricos y son marcas con mucho más tiempo, mejor estructura y más dinero. Los alemanes más que nada, principalmente después del escándalo del “diesel gate” en el que Volkswagen fue condenada por el uso de aparatos que engañaban a los medidores de consumo para que sus coches diesel fueran aprobados, necesitan mostrar que son capaces de luchar en la “guerra ecológica” (que los eléctricos sean o no realmente ecológicos es otro tema) y a la marca de los cuatro aros le seguirán Porsche, Bentley y, por supuesto, la misma Volkswagen que no luchará contra el Model S y el Model X, pero sí contra el Model 3, el vehículo más asequible de Tesla. Dígase de paso, el Model 3 ya tiene un duro rival de una marca tradicional, el Bolt de Chevrolet, que en este momento en mercados como el mexicano, es una alternativa mucho más interesante que el Tesla, tanto por precio como por disponibilidad.Durante el tiempo en que navegó sola, Tesla fue la niña querida del público y de muchos medios de comunicación debido a su visión alternativa, conquistando a los románticos que esperan que alguien genial salga de un pueblo con una gran idea, aún mayor determinación y sea capaz de desafiar y vencer a los grandes. Por supuesto que la historia es bonita y a todos, en mayor o menor medida, nos gusta el ese lado romántico. El detalle es que ahora que los gigantes despertaron, Tesla ya tiene rivales. Y unos muy duros. Porque cuando llegue al mercado un auto como el Porsche Taycan, con acabados impecables y su manejo, bueno, digno de Porsche, ya no será tan fácil convencer a alguien que compre un Model S. Por eso, la mayor amenaza para Tesla no es fabricar en masa, ni vencer la desconfianza de los accionistas en las bolsas de valores, sino aprender a hacer autos con construcción cuidada y convencer al público que sus coches pueden ser mejores que los rivales que, ahora sí, tendrán. Ojalá lo consigan, para el público siempre es mejor contar con más opciones.