Uno de los grandes secretos del gobierno de López Obrador es apropiarse del lenguaje y sembrar entre la ciudadanía términos que se convierten en coloquiales. De este modo, logra una aceptación tácita de la manera en la cual el presidente y sus aliados ven al país.Luis Espino, analista político, publicó hace algunas semanas un texto denominado “López Obrador, el poder del discurso populista”, en el cual examina cómo el presidente ha logrado mantener un alto grado de aceptación a través del manejo del discurso y del lenguaje.El concepto de “la cuarta transformación” o 4T es un buen caso para entender cómo opera este proceso.López Obrador construyó una versión de la historia del país según la cual han existido tres grandes transformaciones: la Independencia, la Reforma, y la Revolución Mexicana.Ahora, señala que su gobierno realiza “la cuarta transformación de la vida nacional”.Esto implica que su sexenio y su administración no son como los demás sino que se trata de un periodo fundacional en el cual habrán de cambiar las instituciones.Por lo mismo, como líder de ese proceso, su figura puede ser equiparada a la de personajes como Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, sólo por citar algunos de los más relevantes de las otras etapas históricas.En la medida que el presidente logra que nos refiramos de manera coloquial a su periodo como “la 4T”, logra que legitimemos esta visión.Este hecho puede tener profundas consecuencias, ya que a un héroe de la historia nacional se le otorgan derechos y se le perdonan fallas que no se le perdonarían o se le otorgarían a los políticos usuales.Esta caracterización permite también construir un relato del cual nos habla todos los días en las conferencias mañaneras: la lucha entre el bien y el mal. El gobierno y el pueblo representan el bien mientras que otros personajes cómo los conservadores, los neoliberales, los que denomina corruptos, etc., representan el mal.Su narrativa se inscribe en la visión clásica en la cual después de una epopeya y en medio de trabajos y dificultades, el bien logra triunfar sobre el mal.Los conceptos que Luis Espino señala en su libro son muy útiles para entender la relevancia de la consulta del 1 de agosto.Lo importante no serán las consecuencias legales que eventualmente puedan surgir de ella. No importará que no se logre la participación de 37 millones de ciudadanos que se necesitan para hacerla vinculante. Lo relevante es que va a ser uno de los grandes episodios en los cuales el pueblo y AMLO como su representante sigan derrotando a los malos del pasado.El previsible resultado favorable de esa consulta será utilizado ampliamente por el presidente en los próximos meses para legitimar su relato, el cual le sigue reportando alta rentabilidad política, tal y como se apreció en el triunfo de Morena y sus aliados en 11 de las 15 elecciones para gobernador del mes pasado.