Ponderábamos positivamente ayer la operación política y la rectificación que hizo el gobernador Enrique Alfaro al dar marcha atrás al cobro especial de seis mil pesos a los transportistas de carga para que pudieran circular en el Área Metropolitana de Guadalajara, con lo que se conjuró el paro que tenían pensado realizar mañana y que se hubiera convertido en el primer gran conflicto público del año.Fue claro que en este episodio el mandatario estatal no optó por la lógica del tope donde tope a la que suele apostar en su estilo personal de gobernar y ejercer el poder, y que tantos sobresaltos le provocó en su primer año de gobierno.Esta vez más bien hizo una evaluación de los costos y las repercusiones que le provocarían a él, a su gobierno y a la entidad entrar en una disputa con el poderoso sector del autotransporte de carga en el país. Tras esos cálculos, la ruta que eligieron fue la de la negociación y el acuerdo y se evitó de entrada un paro que hubiera desquiciado a la ciudad y abierto un nuevo frente contra el gobierno alfarista.Ante este cambio de vía y manejo en el caso de los transportistas, se torna muy interesante saber el camino y la estrategia que seguirá el Gobierno de Jalisco en su relación con el Gobierno federal y el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en este segundo año de gobierno.¿Se buscará refrendar la tregua abierta el 14 de febrero pasado, luego de los fuertes encontronazos que tuvieron como candidatos en 2018 y como gobernantes a principios de 2019, o de plano se continuará subiendo el tono para reclamar lo que consideran un trato injusto y hasta de revancha política del gobierno de la autollamada cuarta transformación en contra del gobierno de la autollamada refundación?Hoy será un día clave para saber la decisión que tome el gobierno emecista ante esta disyuntiva, de acuerdo con lo que ocurra en la reunión que tengan varios gobernadores con el Presidente, entre ellos el de Jalisco, para tratar, entre otros puntos, todas las inconformidades que han traído las reformas generadas a la Ley General de Salud que derivaron en la desaparición del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).Como se sabe, Jalisco es una de las 12 entidades que hasta ayer no habían firmado el convenio para reconocer y admitir la operación del Insabi, como una clara muestra del rechazo a toda la incertidumbre y caos con el que empezó a operar este nuevo sistema de salud que pretende la cobertura universal y gratuita de los servicios de primer y segundo nivel.Habrá que ver, pues, si con el caso del Insabi el gobernador sigue o no subiendo el tono de los reclamos a AMLO como ya lo hizo nuevamente con el tema presupuestal y la semana pasada con el tema de los desaparecidos, cuando criticó el informe de la Secretaria de Gobernación y consideró que se estaba utilizando para golpear políticamente a su administración. Veremos.jbarrera4r@gmail.com
