Los médicos residentes del hospital 72 del IMSS en Tlalnepantla ni siquiera lo llaman por su nombre. Mejor de plano se dirigen al subsecretario López-Gatell, al secretario Alcocer y al presidente López Obrador. Los doctores del hospital del IMSS de Monclova se sintieron ofendidos por su desdén. Y hasta el gobernador de Baja California, que es de su mismo partido, vapuleó el papel que ha jugado en medio de la emergencia el Instituto que dirige. Zoé Robledo, director general del IMSS, está en crisis. Antes de que llegara el coronavirus, ya tenía al IMSS en la cuerda floja: sus propias estadísticas revelaban que se había agudizado el desabasto de medicinas y las quejas por falta de atención en sus hospitales. Con la pandemia, estalló la sucesión de errores en el pilar de la salud pública mexicana:A fines de febrero, en el hospital emblema, el siglo XXI en la Ciudad de México, estaban comprando guantes de intendencia y trajes de pintor para enfrentar el coronavirus. El director del centro médico, Carlos Cuevas, servía de modelo. Los doctores me mandaron las fotos, indignados. Aquí las publicamos. Cuevas dijo que era equipo médico profesional que cumplía todas las normas, pero lo contradijo Zoé Robledo: aseguró que eran fotos de un taller sobre lo que no debe comprarse. El 18 de marzo, cuando ya existían casi cien casos confirmados de COVID-19 en buena parte del país, el IMSS decidió (apenas) mandar un oficio a todos sus hospitales para preguntar cuántas camas y ventiladores tenían. En esta columna presentamos el documento. Se supone que se habían preparado con tres meses de antelación. Exhibidos. El 22 de marzo iniciaba la tragedia en el hospital del IMSS en Monclova: el primer aviso de lo que una semana después se convertiría en un dramático brote de COVID-19 dentro del hospital, afectando a decenas de médicas y médicos. La reacción inicial del IMSS fue decir que el brote no había surgido en el hospital, sino en un consultorio privado afuera. Con eso, buscaron contrarrestar las denuncias de que, avanzada la pandemia, los doctores seguían sin recibir el equipo mínimo de protección para tratar a los pacientes. Doctoras y doctores del propio hospital de Monclova lo desmintieron, y el gobierno quedó ridiculizado, otra vez exhibido como mentiroso: tuvo que ofrecer una disculpa pública el 31 de marzo.El 7 de abril, médicos del hospital 72 en Tlalnepantla, Estado de México, dentro de la zona metropolitana de la capital del país, denunciaron que tenían un brote dentro. Una treintena de doctores, residentes y personal de salud infectados. Una revelación de la periodista Arelí Quintero en el portal LatinUS. La reacción de Zoé Robledo fue la misma: minimizar el hecho y decir que eran contagios externos. En una carta en la que ni siquiera le llaman por su nombre, los profesionales de la salud demostraron cómo tienen que comprar con su propio dinero los tapabocas y guantes, cómo no existen protocolos para recibir a los pacientes con coronavirus, y exigieron también una disculpa pública. Casi de inmediato, se denunciaron brotes en hospitales del IMSS en Los Cabos, Cuernavaca y Tijuana. Con el paso de los días, la situación en Tijuana se agudizó, los médicos -d esprovistos de ayuda-, desesperados. El famoso actor Eugenio Derbez difundió un video para alertar sobre lo que ahí sucedía. El IMSS respondió virulentamente en un video en el que aparece su delegada en Baja California, Desirée Sagarnaga, diciendo que todo lo denunciado por Derbez es falso. Sorpresa: el propio gobernador de Baja California, que es también de Morena, el mismo partido que Zoé Robledo y el gobierno federal, respaldó a Derbez y acusó al IMSS de ser el “talón de Aquiles” en la lucha contra la pandemia. Otra vez el IMSS y su director, ridiculizados.Y si esa fue la exhibida ante el desafío en salud, en lo económico no se queda atrás. El IMSS anunció la noche del lunes el supuesto gran acuerdo de apoyo a las empresas con el pago de sus cuotas. Anunciaron varias medidas y rápido fueron ridiculizadas por especialistas y conocedores: la condonación del 90% de las multas existe desde 2003, la dispensa del otorgamiento de garantías de los créditos fiscales lleva un año en vigor y la opción de los convenios de pagos está desde hace 19 años. En fin. Al cabo que en lo que la pandemia lo ahoga, Zoé Robledo sueña con ser gobernador de Chiapas y sueña con la Presidencia. (carlosloret@yahoo.com.mx)