Definidos, no sin sorpresas, los candidatos a Guadalajara y Zapopan comienzan las batallas de la que será una de las elecciones más competidas de la historia reciente, elecciones ya no polarizadas solo entre dos fuerzas (los antiguos protagonistas de hace apenas una década, PRI y PAN hoy son espectadores que buscan colar, en el mejor de los casos, un regidor) sino con fuerzas emergentes y diversas.Guadalajara sigue siendo la joya de la corona. No solo porque es la capital, sino porque, a pesar de que ya no es ni siquiera el municipio más poblado (ya lo rebasó Zapopan) de ahí han salido los últimos cuatro gobernadores del Estado. Para el gobernante en turno, perder Guadalajara es perder la gobernabilidad, como le sucedió a Jorge Aristóteles Sandoval cuando el hoy gobernador Enrique Alfaro les arrebató la capital hace seis años.Hoy quien está en esa situación es el propio Alfaro, quien tuvo que cambiar a su candidato a unos días de comenzar la batalla y entregarla a Pablo Lemus que, si bien ha sido su compañero de batallas los últimos seis años, no es parte de su grupo político. Lemus es un buen candidato, pero hoy por hoy la maraca a vencer es Morena; como partido tiene la mayor intención de voto y además el impulso del presidente López Obrador.El candidato de Morena, Carlos Lomelí, es un político controvertido, sin embargo, para nada es un hueso fácil de roer. Ex aliado de Alfaro en las campañas de 2006 y 2009; los emecitas le conocen todo al empresario farmacéutico. De hecho, el expediente por el que Lomelí fue inhabilitado por la Función Pública se armó en Casa Jalisco. Pero lo mismo se puede decir de ida y vuelta: si hay un político que conoce hasta la médula a los naranjas, es justamente el doctor Lomelí, quien fue uno de ellos.La incógnita en Guadalajara es si la candidata de Futuro, Dolores Pérez Lazcano, se convertirá en una opción, pues no solo es poco conocida, sino que los jóvenes promotores de las candidaturas independientes de hace seis años han comenzado a probar las hieles de la política real, las decisiones de lo que implica ser partido.La otra variable, y que podría definir la elección, es el papel que juegue el partido Hagamos (el que le quiere poner H hasta lo que no lleva) con el ex rector Tonatiuh (que sí lleva H) Bravo a la cabeza. Si algo ha de distinguir al grupo político de la Universidad de Guadalajara, con Raúl Padilla al frente, es su pragmatismo. Para ellos es más importante que gane Lemus (o si se prefiere que pierda Morena) que tener un regidor, por lo que habrá que estar atentos a esas negociaciones, cambios de discurso y sobre todo de estructuras que se puedan dar a finales de mayo.Para Alfaro, para Raúl Padilla y en lo referente a Jalisco, para López Obrador, Guadalajara es la madre de todas las batallas.diego.petersen@informador.com.mx
