Todo parecía encaminado a que el proceso de la aprobación de la reforma eléctrica concluiría antes de la llegada del nuevo año. De pronto, todo cambió. El miércoles por la mañana nos desayunamos con la noticia procedente de Washington que decía que un grupo de 40 congresistas del país vecino protestaban por la contrarreforma eléctrica impulsada por el presidente López Obrador.A media mañana, después de la conferencia mañanera, se tiene conocimiento que el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, a primera hora visita Palacio Nacional, donde le externa al presidente sus “serias preocupaciones” de parte de su gobierno a la propuesta de reformaHoras más tarde, el grupo de legisladores de Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde, que forman la mayoría en San Lázaro, toman la decisión de aplazar por seis meses -hasta abril del año próximo- la discusión y dictaminación de la reforma eléctrica.Ante las especulaciones que surgen de que fue la presión de Estados Unidos las que obligaron el retraso de la discusión y aprobación de la reforma eléctrica, el canciller Marcelo Ebrard sale al paso y desmintió la versión y dijo que “hay un diálogo”, y que se había convenido que “antes que se fije una postura -por parte de Estados Unidos- que tengan la información del gobierno de México”.El embajador Salazar fue muy claro al señalar que con la reforma eléctrica “México perdería la oportunidad de ser una economía pujante y competitiva, además comprometería la prosperidad de la región de América del Norte”, lo que se interpreta que la reforma eléctrica se ve como una potencial amenaza y de enorme riesgo para Estados Unidos.Y ahora si, ‘como anillo al dedo’ ha caído la “preocupación” de Washington, ya que la propuesta de reforma está a 57 votos de distancia para que pudiera ser aprobada por el pleno.El cambio de planes resulta una buena estrategia para Morena y sus aliados, que tendrán más tiempo para promocionar su postura y de alguna manera aprovechar la resonancia de la efervescencia de la revocación de mandato e intentar obtener los votos necesarios para la aprobación.Sin embargo, por el ambiente que ha creado el tema de reforma, las reacciones de oposición por parte del país vecino y las mínimas posibilidades en la Cámara para aprobar, hacen pensar que será difícil que pueda proceder. Mientras tanto, surgen dudas de que lo que ha sucedido el miércoles es solo una especulación, una coincidencia o una ‘recomendación’ directamente desde la Casa Blanca. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net