Para los mexicanos que vimos por televisión el anuncio del ingreso de Arturo Herrera, como relevo de Carlos Urzúa, como Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), fue una escena decepcionante por muchas razones, al grado de que la misma se convirtió en trending topic en las redes sociales, pero además, en mi caso personal, vino a la mente la aberrante escena en que el propio Andrés Manuel López Obrador (AMLO), adalid de la democracia, entonces líder de la oposición en México, le indicaba públicamente a Rafael Acosta, alias Juanito: “entonces estás de acuerdo en ser nuestro candidato y en cuanto llegues a ser delegado renunciarás para cederle el cargo a Clara Brugada”, (incondicional de AMLO).Por si fuera poco, el lenguaje corporal de ambos fue patético. No recuerdo haber visto nunca antes a AMLO tan nervioso -y no era para menos, la jugada implico movimientos de miles de millones de dólares en la Bolsa Mexicana de Valores y en las firmas internacionales que dan seguimiento a los aconteceres políticos, económicos y sociales de nuestro país. Sólo gracias a la habilidad de AMLO para aparentar, medio se pudo controlar, pero los deditos de sus manos decían otra cosa; mientras tanto, Arturo Herrera, con cara de asustado, labios apretados, mirada perdida y mano derecha sosteniendo su brazo. Las actuaciones me recordaron a Edmundo Miller y su patiño “Don Roque”.Me parece que Arturo Herrera tiene méritos académicos para el cargo, pero dudo que se atreva a contradecir a AMLO, ni siquiera por el interés de la patria.APUNTELa intempestiva salida de Carlos Lomelí, de su cargo como Delegado de Programas para el Desarrollo Integral en Jalisco -deseada por los gobernantes estatales y otros más-, lejos de apagar el desánimo entre la federación y el grupo de Movimiento Ciudadano, servirá de acicate para los seguidores de uno y otro grupo, pues una batalla no implica el triunfo de la guerra, misma que se viene preparando para el 2024, con la breve escaramuza del 2021 que les servirá de parámetro a unos y otros.Se puede decir que a regañadientes, pero con entereza y audacia, Lomelí Bolaños acepto la indicación de su “patrón, amigo y aliado”, ante los resultados de hechos consumados que la Secretaría de la Función Pública ha venido compilando para dar a conocer lo que a Derecho corresponda, a la brevedad, pues la presión política ha venido creciendo cotidianamente.Por supuesto que quien se quedó de Encargado de Despacho es una gente de todas las confianzas del ahora renunciado, por lo que los emecistas no tardarán en enfocar sus baterías en su contra, seguramente señalando que quien manda continúa siendo Carlos Lomelí…en fin, ya ninguno se conforma sólo con tener el recurso presupuestal y su amplio patrimonio, también desean más poder político.