Vox es el partido que ha tenido un crecimiento más rápido en España en los últimos años. Se le ubica como una fuerza de ultraderecha debido a sus posiciones extremas en temas como el nacionalismo, pues pretende acabar con las autonomías o detener toda inmigración.Igualmente, plantea el retiro del Estado de cualquier intervención en la economía, para dejar que el mercado arregle las cosas. Santiago Abascal, como líder de Vox, es también uno de los políticos emergentes en España. En las elecciones del año pasado en España, Vox quedó como la tercera fuerza política, solo detrás del Partido Popular y del PSOE.Bien, pues este grupo de ultraderecha está buscando influencia en América Latina y lanzó la llamada Carta Madrid en la que busca que fuerzas políticas de América Latina se alíen para “detener el avance del comunismo”.Con este lenguaje que parece evocar los tiempos de la guerra fría en los 60 y 70, Vox encontró en un grupo panista de algunos senadores encabezados por su coordinador parlamentario, Julen Rementería, sus aliados en México para firmar esta carta, la cual fue presentada la semana pasada.Los cuestionamientos a esa alianza salieron sobre todo del mismo PAN, de personajes como su expresidente Gustavo Madero o de la senadora Xóchitl Gálvez, entre otros.Y aunque el presidente López Obrador criticó esa alianza, para sus adentros seguramente estaba encantado. AMLO sabe que la única posibilidad que tiene la oposición de generar un candidato competitivo a la presidencia de la República en 2024 es a través de una alianza, que eventualmente incluya al PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano.Si se lanzan candidatos individuales, el escenario casi seguro es que Morena vuelva a triunfar en la elección presidencial.La firma de un acuerdo con un partido de ultraderecha con senadores del PAN parece una jugada de panistas que no quieren una alianza opositora, pues saben que, para el PRI, PRD o MC, sería más complicado justificar ante sus militantes y simpatizantes aliarse con un partido que no solo no tiende al centro, sino que se mueve a la extrema derecha.La firma, como ya se vio, permite que el presidente López Obrador señale que el PAN y Vox son lo mismo, cuando la realidad es que el PAN es un partido que tiene múltiples grupos y muchos de ellos no simpatizan en absoluto con la visión de Vox.Los días recientes fueron muy productivos para AMLO, no solo por el regalo inesperado que recibió del PAN sino por la posibilidad de lanzar una campaña implicando a diversos políticos priistas con Alonso Ancira, quien pudiera convertirse nuevamente en prófugo de la justicia al no cumplir lo pactado con Pemex.Un PAN que se desacredita y divide solo y un PRI susceptible de ser chantajeado por un cuestionable pasado, son dos factores que probablemente mejoraron mucho el humor del presidente, a quien sus opositores le están poniendo más fácil que su candidata favorita, Claudia Sheinbaum, avance en la carrera por la presidencia en el 2024.