Dedicarse a la política impone, invariablemente, cambios en diversos ámbitos de la vida de la pareja y familia del funcionario público (incluyendo su imagen y seguridad, lo quieran o no). En esa esfera no sólo el mandatario o mandataria son centro de atención o del escrutinio público, también su círculo más cercano, más íntimo, despierta el interés y –por qué no decirlo– el morbo. La esposa o esposo, los hijos, se vuelven figuras visibles; más aún cuando se trata de un Gobernador, Alcalde o, ya ni se diga, un Presidente.En plena era digital hay una delgada línea entre el ámbito personal y lo público. Y las redes sociales desafortunadamente se han convertido en el espacio ideal para, desde el anonimato, hacer bullying y atacar de la manera más cobarde a quien se atraviese. Pudiendo, literalmente, destruirle la vida a alguien. Y la familia de los servidores públicos muchas veces están aún más expuestos a estas situaciones.En los últimos días el hijo menor del Presidente Andrés Manuel López Obrador fue atacado vilmente en redes sociales por su físico, por su peso. La campaña de odio en contra de Jesús Ernesto, de 15 años de edad, surgió tras una foto que publicaron del adolescente durante un partido de béisbol al que acompañó a su papá.“Mi pobre hijo, que lo amo, Jesús, está pues excedido de peso. Ya saben ustedes, la edad de la adolescencia cómo es. Ah, sale en una foto y con saña lo atacan. Esa es una cobardía, si el problema es conmigo no con él”, dijo molesto el Presidente de México en un evento público de Guerrero.No es la primera vez que hay una campaña en contra de la descendencia de algún mandatario en México. Le sucedió a las hijas e hijos de otros funcionarios públicos, por diversas razones. Pero a diferencia de esos otros casos la gran polarización que hay en el país, el odio y el conflicto político hoy lo ha llevado a alcances de carácter personal.Burlarse del cuerpo de alguien, de quién sea, es de lo más ruin, peor aun cuando se trata de un menor de edad. Al margen de estar o no de acuerdo con el desempeño de su papá al frente del Gobierno de México es detestable cualquier acto de agresión en contra un menor, de cualquier menor, insisto, sea hijo de quien sea; es abominable y puedes destruirle la vida.Una hija o un hijo no es responsable de lo que hacen sus papás. Dudo que Jesús Ernesto haya pedido que su papá fuera Presidente, es más, dudo que siquiera le hayan pedido su opinión al respecto. Porqué habría él de cargar con eso.Sí, existe molestia y muy justificada por diversos problemas que enfrenta el país, entre ellos la falta de medicamentos para niños y niñas con cáncer; incluso, se podrá señalar hasta falta de empatía por la situación que viven ellos y sus familias. Pero tampoco eso justifica las agresiones en contra de ningún menor.El hijo no tiene incidencia en las políticas públicas, ni en las ideas buenas o malas de su papá, mucho menos tiene algo que ver en los debates que se generan en torno a la política del país.No hay justificación alguna para utilizar al hijo o hija de algún gobernante para golpear mediáticamente al funcionario. No se vale meterse con ellos ni ellas. Con los niños y niñas, no. Vania de DiosInstagram: vania.dedios