Muchas veces me habrán escuchado mencionar este tema, del cual hace tiempo tengo planes de escribir un libro, y cada vez lo voy posponiendo por otros empeños más inmediatos, a lo mejor porque no quiero que se acabe.Lo que sucede es que hay ocasiones en que veo síntomas tan evidentes y aquella intuición tan arraigada, vuelve a hacerse presente y percibo síntomas muy claros de lo que ya he repetido varias veces: no es nuestro mundo el que agoniza, es que mostros estamos acabando con él, y primeramente estamos acabando con la especie humana y lo demás vendrá como consecuencia.¿Qué sería de nuestro planeta si desapareciera el ser humano de esta superficie?Sin duda acabaría lo que llamamos progreso, la tecnología y los avances científicos y los experimentos avanzados, pero lo cierto es que dejaríamos nuestra tierra hecha un basurero.Pero a la larga volverían a florecer las rosas y los árboles darían otra vez jugosos frutos.En fin, cuando yo digo que percibo atisbos del final no es nada más gana de fastidiar, porque en una forma o en otra ya lo he expresado varias veces. Y hoy quiero referirme concretamente a una que sin duda nos invade y está dañando profundamente.Hoy voy a referirme concretamente al cine que nos proyectan las pantallas, los televisores, las tabletas e incluso los celulares. Inicia el film y antes de tres minutos ya vemos armas de varios calibres vomitando fuego, y ríos de pintura o de salsa de jitomate semejando la sangre.Es verdad que esto ha sucedido a lo largo de toda la historia. Nunca la vida ha merecido respeto. No obstante, ahora con la fuerza que le prestan los medios eso se vuelve dramático. Y los niños que nacen es estos tiempos ya lo ven como algo normal, porque ya su mente y su corazón se ha vacunado contra la violencia.Y mientras tanto la violencia cunde en todos nuestros ambientes y nos asustamos porque hay quienes matan a sangre fría, y quienes atacan si motivo, y menores que ya saben usar las armas mejor que la cuchara.Pero todo esto hunde sus raíces en una escuela casi cotidiana, que llega hasta la intimidad de los hogares, que nosotros mismos alimentamos porque pagamos por ella, así como pagamos por productos extranjeros que se llenan los bolsillos con nuestros pobres ahorros… y luego nos quejamos de que la economía está por los suelos.Cierto es que hay muchos entes a quienes podríamos señalar como responsables de nuestro desbarajuste económico, pero también es verdad de que mucha parte de culpa la tenemos todos y cada uno.Es verdaderamente asombrosa la compra-venta de celulares, donde cada quien quiere tener el último modelo, pero tal vez no vemos tan clara la venta de armas que casi siempre es más solapada o clandestina.Ah, pero eso sí, nos espantamos cuando vemos noticieros y reportajes que más parecen “nota roja” que informaciones.Y aunque me digas que hoy parezco loro, repito: que la violencia ha hecho más estragos en nuestro país que la misma pandemia. Y que yo reclamaría a nuestro país vecino porque las armas que nos venden son definitivamente más letales…Y subrayo también con insistencia la necesidad de volver nuestros ojos al Dios de la vida y pedirle con todo el corazón que nos enseñe y ayude a exigir mejores contenidos en películas y programas, donde se fomenten valores y se respete la vida.Sólo así podremos cuidar y rescatar nuestro mundo de un inminente final.
