El eclipse pasó por el “debate”

Ayer -horas después del “debate” presidencial- Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez dieron varias entrevistas en medios de comunicación y “las aguas volvieron a su cauce”, porque la postura que mostraron fue completamente diferente a la que vimos millones de mexicanos el domingo por la noche. Sin presiones de las manecillas del reloj del ejercicio electoral y con la tranquilidad para reflexionar y de explayarse a sus anchas, fue otra historia, viendo a las candidatas hablando en otro tono y con otra actitud. Aunque Claudia -sin cambiar el argumento- insistiendo en la continuidad de transformación y a Xóchitl empujando por un cambio radical al rumbo que lleva el país. Aunque fue más de lo mismo -nada nuevo-, con el “sonsonete” conocido.

Dio la impresión que lo sucedido durante el “debate” -que fue más bien una sesión de preguntas y respuestas, prácticamente sin derecho de réplica ante las acusaciones por cuestiones de tiempo-, fue un efecto tipo eclipse, porque a Claudia “no se le prendió el foco” para aprovechar la oportunidad de verse original, amparándose en su ventaja de percepción ciudadana y demostrar que no es una “extensión” de las ideas del inquilino de Palacio, que tiene proyectos propios y conceptos valederos para aspirar llegar a la presidencia, mientras que Xóchitl se perdió en su nerviosismo, no sacó su personalidad y desaprovechó la oportunidad de verse como una opción con más fundamento. Ambas -sobre todo Xóchitl, porque Claudia estaba en su papel de contención- se vieron oscurecidas en su visión de plantear “algo nuevo” para legitimar su calidad de aspirantes con atribuciones. Fue como si en el momento del “debate” la luna se interpusiera entre el sol y la tierra y se vieran en tinieblas.

Era obvio esperar que al final del “debate” los tres participantes se declararan triunfadores, pero la verdad es que en la percepción de la gente poco cambio ha de ver generado el ejercicio electoral -mal planeado y ejecutado por el INE- y a 53 días de la elección, la preferencias ciudadanas poco han de ver cambiado, por lo que el oficialismo continúa en “caballo de hacienda” en la intención de construir un “segundo piso” a la transformación, cuando el primero está en “obra negra”.

Un giro “dramático” deberá dar la oposición en lo poco que falta de la campaña política y una sorpresa exhibir en un segundo y verdadero debate, porque de lo contrario el eclipse en el país será total y permanente.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

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