¿Cuál es la razón por la que AMLO quiere a toda costa reformar la Constitución para cambiar las reglas del juego en materia eléctrica?Para explicarle, déjeme darle algunos antecedentes.Por mucho tiempo se ha discutido respecto al contraste que existe en la valoración del presidente de la República y la de su gobierno.Es un hecho que son dos cosas completamente diferentes.Las encuestas refieren que López Obrador tiene un nivel de aceptación superior al 60 por ciento mientras las políticas de su gobierno están mucho más abajo.Una menor calificación de sus políticas respecto a la de su persona ha sido prácticamente una constante desde que comenzó este gobierno.Sucede lo mismo con el contraste del nivel de aceptación del presidente y la votación por el partido político que él fundó.Morena solamente pudo obtener el 35.5 por ciento en las elecciones de este año.Su coalición logró la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados solo al sumar los votos de sus partidos aliados, el Verde y el PT.El gran dilema que tiene el presidente López Obrador es que si este comportamiento de los ciudadanos se mantiene a lo largo de los próximos dos años y medio, sería factible que el alto nivel de aprobación que tiene no se refleje en la votación por Morena.Para el 2024, un escenario posible es que aunque Morena gane la presidencia o fuera mayoría en el Congreso, no llegue a la mayoría absoluta.Una preocupación que ha expresado en varias ocasiones el presidente es cómo garantizar, en ese contexto, que los cambios que ha hecho en estos tres años y los que pretende hacer en los siguientes tengan permanencia.Por eso el interés de realizar ahora reformas constitucionales en diversas materias. Si prosperara la reforma constitucional en materia eléctrica, sería muy difícil que una próxima administración la echara para atrás.La razón es que aún en el peor de los escenarios electorales para Morena y sus aliados, es poco probable que la oposición pudiese obtener una mayoría calificada en las dos Cámaras, condición esencial para reformar la Constitución y revertir esa reforma.Otra de las reformas constitucionales que el presidente plantea es la del sistema electoral.Si se lograra realizar el cambio que desmantelaría las instituciones electorales como el INE o el TEPJF, probablemente las reglas que habrían de crearse permanecerían por lo menos otro sexenio si no es que por un mayor tiempo, lo que daría a Morena aún más posibilidades de mantenerse en el poder.El hecho de que el nivel de respaldo que hoy tiene el presidente no sea trasladable a Morena, no es obstáculo para que pueda establecerse un nuevo entramado jurídico que sea muy difícil de desmantelar.Para hacerlo, la oposición tendría que arrasar en las elecciones del 2024. Pero, además, ganar en todas las siguientes elecciones estatales, pues el control que ejerce Morena en la mayoría de los Congresos locales, también es otro candado que impediría que los cambios constitucionales realizados se revirtieran.