No hay noticias de que al presidente López Obrador le guste jugar al ajedrez. Pero, probablemente sin saberlo, lo practica cotidianamente en la política.En este momento se encuentra haciendo una serie de jugadas en el tablero, que tienen claramente el objetivo de ‘coronar a su reina’ en el 2024.Además del nombramiento de Adán Augusto López como secretario de Gobernación, esta semana colocó a Olga Sánchez Cordero como presidenta de la Mesa Directiva del Senado. Se negoció también que Rubén Moreira, líder del PRI en la Cámara de Diputados, fuera designado presidente de la Junta de Coordinación Política de esa cámara, y también propició la renuncia de Julio Scherer como Consejero Jurídico de la presidencia, colocando a Estela Ríos, una abogada laboral de todas sus confianzas que ya fue su Consejera Jurídica en el entonces gobierno del DF, como nueva consejera.Lo más probable es que estos no sean todos, sino que vengan más cambios en los próximos días o semanas.Todos ellos van a estar orientados a un doble propósito. El primero será apuntalar la posición de la Jefa de Gobierno la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, como su pieza más adelantada en el juego sucesorio. El segundo va a ser el neutralizar, en la medida de lo posible, a quienes eventualmente pueden convertirse en adversarios relevantes en el proceso de 2024.Aunque en su mensaje, a propósito del Informe de Gobierno, dijo que ya había alcanzado el punto en el cual podría dejar la presidencia debido a lo ya realizado, López Obrador sabe que la única certeza de que los cambios que ha instrumentado permanezcan es ganar la presidencia de la República en 2024, así como la mayoría en las dos cámaras del Congreso. De lo contrario, siempre hay posibilidad de que haya reversa.En el ajedrez político que está desarrollando, para él es prioritario no perder el control del proceso de sucesión.Por eso, Sánchez Cordero tratará de impedir que Ricardo Monreal use su posición en el Senado para construir su candidatura.Y también, la presencia de Adán Augusto López, así como de la nueva Consejera Jurídica van a tratar de impedir que Marcelo Ebrard pueda convertirse en un adversario relevante de la Jefa de Gobierno.En la Cámara de Diputados, el objetivo de las jugadas políticas será tratar de negociar con el PRI, fracturando así el bloque opositor. En esa tarea, un interlocutor como Rubén Moreira puede facilitar las cosas.En este momento, quizás el tema de mayor preocupación para López Obrador sean las autoridades electorales.Ayer el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación eligió como presidente al magistrado Reyes Rodríguez, que no gusta en Palacio.En el caso del INE, aunque siga por lo pronto el ataque a Lorenzo Córdova, el objetivo final será asegurar un relevo de consejeros a conveniencia en 2023.El tema electoral será prioritario para la operación del nuevo secretario de Gobernación, el alfil que, en el tablero, debe abrirle paso a la reina.