Jueves, 13 de Marzo 2025

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Teuchitlán, ¿punto de quiebre?

Por: Diego Petersen

Teuchitlán, ¿punto de quiebre?

Teuchitlán, ¿punto de quiebre?

La indignación sigue creciendo y, con ella, las ganas de linchamientos políticos, de encontrar responsables. No es que no hubiese otros campos de exterminio, ni que no supiéramos que esto ocurría en nuestro país. Fue la imagen la que nos dio en cara. La foto de los 400 pares de zapatos nos hizo a todos reconocer el horror. Porque crecimos sabiendo que eso es el horror, que eso representa el holocausto y que nada simboliza la muerte inocente, la barbarie, la deshumanización como la foto de los zapatos de las y los judíos asesinados en Auschwitz. Verlo en nuestro país, en nuestro Estado, nos sacudió.

En las redes sociales, fanáticos de uno y otro bando activan a sus granjas de bots para culpar al enemigo por lo ocurrido en Teuchitlán. Y, sí, hay responsables directos de las diligencias no realizadas y del mal resguardo. Hay policías y políticos culpables directamente de proteger a los grupos de crimen organizado y políticos de todos los signos que, por acción u omisión, facilitaron que la desaparición de personas creciera como creció en este país.

La indolencia y falta de empatía con las víctimas, tanto del gobernador Enrique Alfaro como del presidente Andrés Manuel López Obrador, merecen ser revisadas y, en su caso, juzgadas. Por el cinismo y el desprecio a las víctimas, el ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien por conveniencia política borró del mapa a miles de desaparecidos, tiene que ser llamado a cuentas. Los alcaldes, gobernadores, fiscales, jueces y jefes de policía de todos los Estados y municipios que se han hecho de la vista gorda o facilitado el trabajo al crimen organizado tienen que pagar política o judicialmente por ello. Nada de eso, sin embargo, es suficiente. Lo único que realmente puede cambiar el derrotero de esta crisis de desapariciones es que como sociedad le subamos el costo a los políticos por permitir que esto siga sucediendo.

Si queremos que el terrible hallazgo de Teuchitlán sea un punto de quiebre, tenemos que convertirlo en una exigencia. Van tres propuestas muy sencillas de lo que sí podemos hacer nosotros:

Uno: No permitamos que ningún político ni nadie minimice el fenómeno de la desaparición. Nada de que “en algo andaban metidos”, o “se van con los novios”. Criminalizar a las y los desaparecidos nubla la inteligencia y obstruye la solidaridad.

Dos: Exijamos a las autoridades que, así como dan a conocer cada mes el número de asesinatos y otros delitos, nos den también las cifras de desaparecidos y personas fallecidas sin identificar en el Semefo. Ahí, en esas cifras de las que no les gusta hablar, se esconde el verdadero rostro de la violencia. Esto nos toca sobre todo a los periodistas. En la medida en que los obliguemos a hablar se van a preocupar por buscar y por combatir el delito de desaparición.

Tres: Solidaricémonos y movilicémonos. Para empezar, respondamos a la convocatoria de los grupos de familiares de desaparecidos. Este sábado 15, en el lugar donde estemos, vamos todos a las 5 de la tarde frente a los palacios de gobierno o presidencias municipales con un par de zapatos y una vela. Hagamos saber a las familias de las víctimas que sí nos importan y a las autoridades que sí estamos sumamente indignados y encabronados.

diego.petersen@informador.com.mx
 

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