La crisis de violencia e inseguridad en Jalisco escaló a grados extremos el viernes pasado cuando conocimos otra expresión de la delincuencia, la cual provocó ya el desplazamiento de población por miedo a las balas y la disputa de las mafias por su territorio. Situación no conocida al menos con tanta evidencia como la ocurrida el viernes pasado.Cual si se tratara de un temblor o un incendio, las autoridades del municipio de Teocaltiche, donde por cierto patrulla la policía estatal desde octubre del año pasado por la infiltración delincuencial de su policía municipal, tuvieron que abrir albergues para recibir a pobladores que dejaron su comunidad luego de una atroz enfrentamiento entre sicarios de las bandas de la delincuencia organizada que asolan esa zona de Jalisco que está en la colindancia con las entidades de Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas.Las imágenes vistas en la comunidad llamada El Saucito, de ese municipio alteño, eran como de zona de guerra.Un muerto esposado, una decena de vehículos, cuatro de ellos con blindaje artesanal, con múltiples orificios de balas como la Suburban blanca que dio la vuelta al mundo, ganado muerto en la refriega y casas incendiadas quedaron como pruebas del suelo sin ley que se disputan las mafias como en muchas otras zonas del estado y del país.A la conmoción y zozobra que sufren los habitantes de todas estas comunidades dominadas por la delincuencia organizada ahora se sumó la huida de los pobladores que fueron testigos de la marcha de caravanas de hasta 20 camionetas con rótulos del cártel Nueva Generación (CNG) tripuladas por sujetos armados abriendo fuego contra sus rivales.Fueron al menos siete poblados en los que se registraron éxodos de familias entre ellas de El Saucito, Rancho Mayor, Rancho Santo, Los Pocitos, Los García, Agua Tinta y El Rosario que se trasladaron en su mayoría al municipio de Villa Hidalgo auxiliados por los párrocos de la iglesia de ese lugar.Por esta movilización por la violencia la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) lanzó un exhorto a las autoridades para auxiliar a los habitantes desplazados con la implementación de acciones que facilitaran el acceso a espacios con higiene y servicios e incluso de educación y empleo.Así, la espiral de violencia que ya había dado giros como con las casas del terror, la tortura de personas privadas de la libertad liberadas con fracturas en extremidades superiores e inferiores y la aparición de múltiples fosas clandestinas, ahora escaló al extremo de ver poblaciones desplazadas como en las zonas de guerra. Así la ausencia de un estado fallido que incumple su obligación constitucional de garantizar seguridad a los ciudadanos.jbarrera4r@gmail.com