Después que la semana pasada (del lunes 27 de junio al domingo 02 de agosto), los jaliscienses temían la aplicación del Botón de Emergencia por parte del Gobierno estatal, debido al incremento de contagios de coronavirus, finalmente el gobernador Enrique Alfaro Ramírez le restó presión al ambiente y anunció con anticipación que la medida no se aplicaría. Miles de empresarios de todos los giros laborales, comerciantes y trabajadores respiraron aliviados.Al iniciar esta semana, se informó que el nivel de ocupación hospitalaria por la pandemia aumentó ligeramente, pero los contagios por cada millón de habitantes disminuyeron, lo que significó una sorpresa.Pese a todo, las cifras preocupan: 30 mil 807 personas contagiadas y mil 584 fallecidos. Es el panorama en la primera semana del mes de agosto.La obligatoriedad se mantiene: uso obligatorio del cubrebocas en la vía pública; prohibición de concentraciones de más de 50 personas y las medidas de desinfección, aseo y distancia continúan en cualquier tipo de establecimientos y lugares donde se reúnan personas cualquiera que sea el motivo. No hubo entonces ninguna novedad o anuncio por parte del gobernador, como se esperaba desde el domingo.La percepción pública es que en beneficio de la economía se evitó el máximo rigor en el ámbito sanitario.Tomando como base la reducción de contagios por cada millón de habitantes, puede interpretarse que ante el temor, más personas acataron las reglas de distancia y salud, pero eso no puede comprobarse por ahora.En este contexto, todavía queda una actividad por ofrecer resultados y cambios: el transporte público. Las quejas son generalizadas y recurrentes en el sentido de que no hay más unidades en rutas con mayor demanda; los camiones y midibuses siguen atestados de pasajeros en las llamadas horas pico y no se perciben las obligatorias acciones de limpieza y desinfección cada vez que una unidad concluye la ruta y la vuelve a empezar.Definitivamente, el transporte público es uno de los puntos de mayor riesgo de contagio, especialmente en el Área Metropolitana de Guadalajara. La tarea es para el secretario de Transporte, Diego Monraz Villaseñor.Por más que se hagan operativos y se sancione a choferes que incluso no usan el cubrebocas, el esfuerzo en esta área de la actividad cotidiana es insuficiente.Hasta este punto, puede afirmarse que se trata de la agenda propia, la que compete a las autoridades y los ciudadanos jaliscienses. Las diferentes decisiones que se han tomado, desde la primera etapa del “aislamiento voluntario” que se aplicó dos semanas antes de que el Gobierno federal pusiera en marcha sus planes y mediciones, han reportado resultados. Mucho se han discutido los discursos y cambios implementados por el gobernador, pero si se compara la situación de Jalisco con la de otras entidades del país, la situación local es definitivamente mejor.Por eso no es comprensible que en el mapa nacional el equipo que encabeza el Dr. Hugo López-Gatell mantenga a Jalisco en “semáforo rojo”. Las cifras oficiales no sostienen esa calificación. El gobernador criticó esta decisión y la atribuye a intenciones políticas del subsecretario de Salud, que fue respaldado nuevamente por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando varios gobernadores piden su salida.Las autoridades de diferentes niveles mantienen conflicto y eso no aporta soluciones ni unidad.
