Hoy en día hablar de Elon Musk es como hablar de un Steve Jobs. Dos rockstars de la industria tecnológica de grandes proporciones, unos revolucionarios, visionarios y adelantados a su época. Sin duda, Jobs dejó un legado que difícilmente será igualado. Musk, mientras tenga vida irá mucho más allá pues hay un motor que lo mueve y de acuerdo con el libro biográfico “Elon Musk: el creador de Tesla, PayPal y SpaceX que anticipa el futuro” de Ashlee Vance, es: “la mejora colectiva de la humanidad”.Pero Elon no está lejos de lo que todo empresario quiere; sin embargo hay una obsesión que desde niño lo vuelve loco y eso es llegar a Marte cueste lo que cueste. Así, ha ido escalando, se ha endeudado, ha construido y destruido, ha vendido humo y ha tenido suerte de conseguir los recursos para luego vender sus grandes corporaciones hasta que con Tesla pisó el penúltimo escalón para alcanzar su sueño y comenzar a financiar SpaceX, llegando tan lejos que él y su equipo pudieron convencer a la NASA de salir de los convencionales lanzamientos y poner en órbita el Crew Dragon con rumbo a la Estación Espacial Internacional a finales de mayo, con toda una parafernalia de trajes futuristas para los astronautas, cohetes reutilizables y sobre todo un menor costo de operación para la institución estadounidense. Todo el mundo lo vio.Y es eso. Elon Musk tiene el poder de convencimiento e influencia. Tesla le ha dado esa fortaleza mediática que necesitaba en la última década y hoy es admirado por todos los geeks de este planeta, lo ven como alguien a quién seguir en un mundo donde se necesitan más ejemplos como el empresario de 49 años y originario de Pretoria, Sudáfrica. Por ejemplo, hace casi cuatro años Elon Musk estuvo en Guadalajara, aquí vino a decirnos por primera vez a todo el planeta lo que pretendía hacer con SpaceX. Nuestra ciudad fue el marco perfecto pues es considerada “el Silicon Valley mexicano” y la capital tecnológica más importante que mira al Sur de California. El marco era nada menos que el Congreso Internacional Aeronáutico, el lugar idóneo para decirle al planeta que en los próximos 10 años SpaceX podría llevar a los humanos a Marte. Incluso se ha dicho que él irá en ese primer viaje interplanetario.Volviendo al tema de Tesla, este nuevo líder del mundo techie supo llevar su marca hasta consolidarla esta semana como la más valiosa del mundo, dejando atrás a Toyota en el escalafón de la industria automotriz. Con 208 mil millones de dólares en la valoración bursátil, el capital de Tesla hoy tiene con qué seguir mejorando sus sistemas de manejo autónomo, pues es un tema preocupante debido a los accidentes que en ocasiones se han atribuido a errores humanos y que siguen sucediendo a bordo de los autos creados por Musk.A pesar de todo, Tesla seguirá ondeando la bandera ecológica, seguirán siendo los autos preferidos de los millennials, buscará seguir abriendo puertas para SpaceX y dicen los que saben que Tesla es ya la empresa automovilística más exitosa desde que Chrysler naciera en 1925 y, de paso, Musk en unas décadas puede ser considerado dentro de ese selecto olimpo de creadores que abarcan desde Henry Ford hasta Steve Jobs.Para concluir esta pequeña oda al trabajo del empresario vuelvo a citar el libro biográfico de Ashlee Vance donde la primera esposa de Elon, Justine Wilson, dice: “Hace lo que le da la gana y se mantiene en sus trece. Es el mundo de Elon y los demás formamos parte de él”.mario.castillo@informador.com.mx / @MarioCastilloMX