Cuatro años, cuatro meses y cuatro días. Una pandemia que obligó a cambios, suspensiones y retrasos de actividades en todos los torneos del mundo, pero que no alcanzó a tocar el Mundial más allá del calendario de las confederaciones y por eso, aquí estamos.Llegar a Qatar no fue fácil, ni para quienes tuvimos que realizar un viaje de más de 16 horas de vuelo, ni para los 32 equipos que a partir de hoy buscarán el título.Las eliminatorias en las diversas confederaciones fueron complicadas porque en este rubro la pandemia sí afectó los calendarios que tuvieron que compactarse. Desde luego no todos tienen las mismas probabilidades de levantar el trofeo de campeón el próximo 18 de diciembre, en el estadio de Lusail.Qatar es la sede en el membrete; en la práctica, la del 2022, será la primera Copa del Mundo que se dispute en la zona conurbada de una misma ciudad: Doha.El lujo es la carta de presentación de esta metrópoli. La opulencia se exhibe por doquier y la austeridad no existe en su diccionario. Por sus flamantes calles y avenidas circulan en buen número de autos: Ferrari, Maserati, Porsche, Alfa Romeo, Aston Martin y Lamborghinis.Una cosa curiosa es que al adquirir uno de estos autos, el comprador elige los números que desea aparezcan en la placa y aunque esto se hace en otros países, la diferencia es que en Qatar el “gustito” cuesta hasta 100 mil dólares.Estas cantidades se pagan ya que la numeración tiene un significado especial de acuerdo a lo que la numerología le augura al comprador.Lo paradójico es que en Qatar son tan religiosos que no pueden ser supersticiosos.Los estadios son espectaculares y cuentan con la más alta tecnología.No son estadios cerrados, pero el sistema de aire acondicionado es tan eficiente que sin importar la temperatura exterior se garantiza un clima interior de 22 grados centígrados.Lo anterior lo pude comprobar en persona ayer por la tarde, en el estadio Ahmad bin Ali, en un partido entre dos equipos amateurs que sirvió como prueba para las transmisiones que realizarán los medios de comunicación.Hasta el viernes, a los qataríes su Mundial les pasaba de noche, que acá llega a eso de las cinco de la tarde. Pero los miles de aficionados que han llegado de otras latitudes ya le pusieron “sabor al caldo”.En el Mundial Japón-Corea 2002 los locales se cobijaron con Brasil y se les veía con la camiseta del Ronaldo el “Fenómeno”; 20 años después, los qataríes son argentinos y se les ven ataviados con la camiseta de Messi.Los dos gigantes sudamericanos son señalados como los grandes candidatos al título; mientras Francia, dicen, dará la cara por los europeos.La historia se comenzará a escribir a partir de hoy, cuando ruede el balón.
