A principio de los años 1980, la fama de las dinastías Bejines y Martínez ya era internacional, se comprobaba en el gimnasio Arce de la Arena Coliseo de Guadalajara, donde los aficionados pagaban el ingreso a don Toño Ramírez para poder ver de cerca a los futuros ídolos. Público que se contaba en varias decenas.Alguna mañana de 1981 se construía en el Arce la cartelera que encabezaría la sensación de la época, el peso Ligero Juan Graciano, lleno asegurado, con transmisión nacional por Televisa, con las narraciones de Toño Andere, Sonny Alarcón y el doctor Alfonso Morales. Los aficionados tapatíos ya habían elegido para ídolo al bodeguero del Mercado de Abastos.El respaldo estaría compuesto por otros tantos exponentes de primerísimo nivel, los que se producían en cascada. Sólo faltaba el adversario de Francisco Javier Núñez, el “Tobi”, para cerrar la espectacular función. Instantes en los que el mánager Nacho Silva, el mejor maestro de boxeo que ha dado Jalisco, colocaba el vendaje en los puños de Alberto el “Húngaro”, el menor de la dinastía Martínez. A don Nacho le llegó la oferta para que su alumno se enfrentara al “Tobi”, boxeador experimentado, le aventajaba con muchos metros de lona al jovencito de 16 años, quien al escuchar la propuesta y en un chasquido de dedos, le dijo a su mánager que quería el enfrentamiento: “No, mijo, sus huesitos todavía están tiernitos, no está para pelear con Núñez”. Don Nacho protegió al “Húngaro”.Más vale prevenir que lamentar, el boxeador mexicano es bravo y quiere subirse al cuadrilátero a calar manos, el mánager con conocimientos, debe administrarlo para planear los futuros altos vuelos.El enfrentamiento entre los zapopanos Diego “Azabache” Torres Núñez y Jonathan “Perita” Escobedo Martínez no debió haberse montado. Los chamacos jaliscienses se enfrentaron el 19 de febrero en la Plaza de Toros de Tijuana, respaldo de Munguía-Ballard. Desde que treparon al tinglado, se notó la diferencia en estatura y alcance, talla muy favorable para el “Azabache”, quien castigó a placer al chaparrón contrincante, le estropeó el rostro, la pelea en peso Súperligero completó los 10 rounds pactados, porque “Azabache”, invicto en 13 compromisos, todos ganados antes del límite, no conocía la larga ruta, a media pelea se le acabó la condición física, momento que aprovechó la “Perita”, para aplicar a su oponente dolorosos ganchos al hígado, como maestro. Jonathan Escobedo Martínez, se presentó con 11 peleas, dos derrotas, y dos nocauts a su favor, además de haber terminado en la larga ruta la mayoría de sus presentaciones, lote de conocimientos que le administró su condición física, y que casi lo conducen a la victoria, la que finalmente fue para Torres Núñez por decisión unánime.Muy castigado de su rostro la “Perita”, boxeador con 20 años de edad, no está para hacer hazañas en una carrera que apenas inició en 2019. No durará mucho en el boxeo de continuar aceptando a este nivel de adversarios.En la esquina de enfrente, “Azabache” deberá prepararse más en la sala de entrenamiento, tratar de alargar sus futuras peleas para que aprenda a administrar su condición física…Y por ahí estaré atisbando.