El día de ayer, el presidente López Obrador anunció que a partir del próximo lunes comenzará una campaña para posicionar su propuesta de reforma eléctrica entre la población.Se anticipó que en la conferencia mañanera de esa fecha acudirá todo el gabinete de energía además de funcionarios como el secretario de Hacienda para argumentar a favor de la reforma y demostrar sus bondades.Es muy probable que el presidente haya considerado que hasta este momento lleva perdida la batalla en la opinión pública y que necesita dar un vuelco en esa arena.Y es así, una mínima evaluación de diversos medios, impresos, electrónicos o digitales, muestra que la tendencia dominante es en contra de la reforma propuesta.El gobierno sabe perfectamente que necesita los votos del PRI para hacer que pase. Esa es una condición esencial para dar viabilidad a los cambios constitucionales que se plantean.En medio de actitudes escapistas de la dirigencia del PRI, el gobierno sabe que si el priismo percibe que va a perder respaldo popular por su apoyo a la iniciativa de López Obrador, existirá una tendencia a rechazarla.Pero, si se percibe que ésta tiene respaldo entre la población, entonces sería más factible para diversos grupos de priistas darle su respaldo.El presidente ya anticipó parte del contenido de la campaña. Señaló que exhibirá las facturas de algunas de las grandes empresas con CFE, mostrando que pagan cantidades ridículamente pequeñas.El caso es que algunas de las empresas cuyos recibos serán exhibidos tienen esquemas de autoabastecimiento que les permiten bajar de manera significativa su factura eléctrica.Es algo parecido a lo que qué sucede con los hogares que cuentan con paneles solares y que pagan cuentas bimestrales inferiores a 100 pesos.Sin embargo, verá usted que no hay esa explicación. No se señalará que la razón de que las cuentas con la CFE sean tan bajas radica en el hecho de que estos usuarios han encontrado otras fuentes de provisión.La otra dirección en la que va a correr esta campaña es en comparar lo que ocurre en países en los cuales se han privatizado las empresas eléctricas. El caso más señalado es el de España. Y no dude que por allí aparecerá el caso de el estado de Texas.En otras iniciativas de reforma no le preocupaba al gobierno el ganar la discusión. Con ganar la votación en el Congreso era más que suficiente.Ahora las circunstancias están conduciendo a que una condición para ganar la votación en el Congreso sea precisamente ganar la discusión la opinión pública.El gobierno tiene como ventaja el uso de todos los recursos a su alcance.No les temblará el pulso para hacer pública cuanta información privada se requiera.Y tampoco tendrán ningún prurito para usar todo el poder del Estado con objeto de difundir ampliamente sus argumentos entre la población.Esta batalla, en cierta medida, definirá si el gobierno de López Obrador puede continuar con la reforma constitucional en materia política que también quiere el presidente.