Si el 13 de noviembre la manifestación magna llevada a cabo por convocatoria de un conjunto de organizaciones sociales encuadradas en un colectivo denominado Unid@s -conformado por Frente Cívico Nacional, Poder Ciudadano, Sí por México, Sociedad Civil México, UNE México y Unidos por México, a la cual se sumaron muchas más, así como contingentes auspiciados por partidos políticos opositores a Morena, en este caso PAN, PRI, PRD, y algunos locales como el partido Hagamos, que existe en Jalisco-, fue de una gran dimensión y mayor impacto del que se pensaba tendría, quizá debamos esperar que la convocada para el próximo domingo 26 de febrero resulte ser una expresión gigantesca de apoyo al INE y en rechazo a las reformas que contiene el denominado “Plan B” maquinado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Y es que hay que recordar que ni los propios organizadores esperaban la inmensa cantidad de personas que atendieron el llamado, que, aunque se trató de minimizar la asistencia por parte de las autoridades y del Presidente de la República propiciándose una guerra de números y contradicciones, tras de que autoridades de la Ciudad de México contabilizaran ridículamente 11 mil personas, la jefa del Gobierno capitalino un poco más, y el propio López Obrador desdeñara la importancia de esa marcha, de acuerdo con expertos reunió a 600 mil personas que son más de las que en teoría se requieren para llenar la plancha del Zócalo de la Ciudad de México.Esta marcha resultó aún más impactante porque la lectura que se tuvo es que se provocó un cambio radical en el escenario sociopolítico por el despertar de la sociedad civil, dado que es de todos conocido que las personas que fueron concitadas por los partidos fueron cuando mucho un 15% del total -siendo bondadosos-, y quizá la mitad de ese resto por organizaciones, pero una cantidad muy grande fueron los llamados orgánicos, es decir, aquellos que se sumaron a partir de la exhortación o por haber despertado la conciencia cívica correspondiente.La Reforma Constitucional Electoral propuesta por el Presidente cercenaba y modificaba al INE, pero no obtuvo la mayoría calificada gracias a que los legisladores se mantuvieron sólidos en el bloque opositor y evitaron que se aprobara.Después del duro golpe que significó la marcha y la sacudida que provocó en Palacio Nacional, el rechazo a la Reforma Electoral constituyó otro duro revés para el Presidente que de inmediato anunció presentaría un “Plan B”, mismo que desde un principio el propio coordinador de Morena, el senador Ricardo Monreal, consideró tendría que revisarse con cuidado.El caso es que dicho “Plan B” fue presentado y como se trata de reformas a las leyes ordinarias y no a la Constitución, solamente requiere de mayoría simple, por lo que pasaron sin problema en ambas Cámaras y están a punto de culminar su proceso legislativo para ser publicadas con textos que sobrepasan la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos; leyes reglamentarias que no deberían exceder los límites constitucionales y es sabido que sí lo hacen y que son en su conjunto mucho más lesivas incluso que la reforma constitucional que se pretendía de manera inicial.Ante estos excesos del Presidente y legisladores que integran la Cuarta Transformación, los partidos políticos de oposición y el propio INE han presentado recursos de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Se está por revisar lo propio por los grupos parlamentarios que pueden hacer dicha acción frente al alto tribunal cuando son al menos un tercio del componente de cada una de las Cámaras o de la Cámara que quiera presentar el recurso, y será la Corte la que deba resolver.De entrada, hay optimismo y fe de que la Corte resuelva conforme a Derecho. Esto luego de la reciente elección de la nueva presidenta, nombramiento que recayó en la ministra Norma Lucía Piña Hernández, quien en poco tiempo ha demostrado firmeza y decisión, y como ejemplo está el hecho de haber recibido y despachado en 10 minutos al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien pretendía, según trascendió, presionar para obtener su apoyo y voto favorable de ministros en temas torales para el Gobierno que encabeza López Obrador, y tuvo como respuesta un total rechazo de Piña, quien sin rubor alguno le dejó saber que los temas que importan en Palacio Nacional no son los mismos que tiene el Poder Judicial. En este contexto existe una buena expectativa y es por ello que se ha convocado de nueva cuenta por las organizaciones que conforman el colectivo Unid@s a defender al INE y ya suman alrededor de 40 ciudades de la República que se han apuntado convocando manifestaciones similares.En el caso de Guadalajara, ya se anunció una manifestación en la Plaza de la Liberación donde se esperan al menos 40 mil personas, una cifra que supera por mucho las más de 15 mil que se reunieron alrededor de la sede del INE el pasado 13 de noviembre.En esta ocasión los convocantes en primer término son: Frente Cívico Nacional, a cargo de Salvador Álvarez; XiudadanosMX, que coordina Pedro González; México Unido, que encabeza Bernardo López; Grupo Phantom, que dirige Antonio Martín del Campo; México Solidario, que lidera Jaime Cedillo Bolivar, y Confío en México APN, que me honro en presidir, entre otras.Pero también han circulado ya anuncios con los nombres y logotipos de decenas o quizá más de 100 organizaciones y cada vez son más de todo tipo que están publicitando en redes sociales el que se suman a la defensa de la democracia en México y que exhortan a la ciudadanía a sumarse.El ambiente se percibe favorable a que habrá una gran participación y sin duda lo más destacable y no menos alentador es que la gente ya tiene más conciencia de lo que ocurre en el país; han hecho su labor de alguna forma los partidos opositores a Morena, pero sobre todo las agrupaciones que integran Unid@s y otras más que no están ahí, pero que están actuando en la misma sinergia como es el caso del Foro Plural Jalisco. Ojalá se consiga nuevamente convocar a una magna marcha a fin de que se logre el efecto esperado para que los ministros dicten la inconstitucionalidad de las Reformas aprobadas y se evite el daño irreparable que AMLO y su Cuarta Transformación buscan propinar al INE, acotando y cercenando sus facultades, y erradicando la democracia en México. Eso es lo que está en juego y es por lo que nos vamos a manifestar; para tratar de evitar una dictadura. opinión.salcosga@hotmail.com