Para no dejar hilos sueltos, un apunte más sobre la traída y llevada transferencia de Oribe Peralta del América al Guadalajara, que a tantos puristas ha llevado a desgarrarse las vestiduras y cubrirse la cabeza de ceniza a media plaza…Como parte de la preparación para el Mundial de 1970, la preselección mexicana fue incluida en uno de los torneos internacionales (pentagonales y hexagonales) que se jugaban como colofón de cada temporada. Los otros participantes del torneo fueron Spartak de Checoslovaquia, Partizán de Yugoslavia, Botafogo de Brasil y Guadalajara (ganador del último título en el ciclo del “Campeonísimo”).Ya sobre la marcha del partido contra el Botafogo, Raúl Cárdenas, técnico nacional a la sazón, dispuso un cambio: Jorge Arévalo por Pepe Vantolrá. Desde que aquél comenzó a calentar, se desató la rechifla reprobatoria de eso que llaman “El Respetable”. Cuando el cambio estaba por hacerse, Cárdenas habló con el jugador en estos términos:- Jorge, te envidio. Cómo me hubiera gustado haber tenido, como jugador, la oportunidad que tú tienes ahora. Entra, haz lo que sabes hacer… y tápales la boca a los cien mil fulanos que en este momento te silban y abuchean.*Cambiando de tema…Que la primera ronda de la Copa Oro sería un paseo para México, estaba más visto que una película de Cantinflas en la televisión. Ni Cuba ni Martinica aparecen en el mapamundi del futbol; su historia, en esa disciplina, es pobre de solemnidad.Superado, pues, la noche del miércoles en Denver, con cierto desahogo en el marcador (3-1) y suficiente claridad en la cancha el escollo teóricamente más difícil de esa fase -Canadá, que por momentos amenazó con salírsele del huacal al “Tri”-, para alcanzar la nota plenamente aprobatoria sólo falta el trámite del tercer partido.El domingo ante Martinica, los filibusteros de Gerardo Martino tendrán una doble encomienda: jugarlo con el respeto que todos los adversarios merecen, para no correr el riesgo de que los caribeños hagan una trastada mayúscula, y ganarlo con la misma claridad en el trámite y en el marcador con que se resolvió el primer compromiso.*Cuando se entra en calidad de favorito universal a un torneo como la Copa Oro, es obligatorio, si no ganarlo -recuérdese que aún no se inventa el equipo invencible-, no dejar ninguna duda de que se hizo todo lo humanamente posible por hacerlo.