Al margen de la frustración de que el campeón defensor (Santos Laguna) y uno de los grandes favoritos (“Tigres”) quedaran fuera de combate tras las primeras batallas de la “Liguilla”, el camino quedó dispuesto para que, si se cumplen los pronósticos de los entendidos y los buenos deseos de la mayoría de los simples aficionados, el Torneo de Apertura en curso tenga -valga la expresión- “La Final soñada”…*Falta, primero, que el Cruz Azul haga efectivos tanto los análisis que, apoyados en los números, lo calificaron como el mejor equipo de la etapa clasificatoria, como los vaticinios que lo hacen favorito sobre un Monterrey provisto de individualidades sobresalientes, pero carente de la regularidad deseable en un aspirante formal al título.Falta, después, que el América -presencia obligada en todas las quinielas- supere a los “Pumas” que, por haber puesto el cascabel a los “Tigres” de Gignac, Vargas, Valencia, “Tuca” y compañía, ya se ganaron, a pulso, el título de “Equipo Cenicienta” del certamen.*En lo que esas incógnitas se despejan, cabe destacar que la aplicación del VAR en los partidos de la “Liguilla”, tras la etapa de pruebas en las jornadas postreras de la etapa clasificatoria, ha tenido imperfecciones notorias… y algunas hasta escandalosas.Sin llegar al extremo de asignarle una calificación decididamente reprobatoria, se impone consignar que la tibieza de quienes operan el novedoso dispositivo -creado, recuérdese, para reducir el margen de error derivado de los errores de apreciación o interpretación de los árbitros- impidió que, en el segundo partido entre Santos Laguna y Monterrey, se revisaran por lo menos tres lances en que Avilés Hurtado, atacante de la “Pandilla”, fue desplazado de manera ilegal, en el área, por los zagueros adversarios: tres acciones que, analizadas cuidadosamente, a la luz del Reglamento, pudieron haberse sancionado con otros tantos penalties.*La otra pifia morrocotuda de la jornada, en ese rubro, fue la del silbante Jorge Pérez Durán, al sancionar una muy dudosa infracción previa a la acción en que decretó penalti por una supuesta falta sobre Édgar Méndez que había sido, en realidad, una simulación burda del atacante español… quien, además, amonestado como estaba, debió ser expulsado.En lo que la aplicación del sistema se perfecciona, lo de Pérez Durán, el sábado, fue sacar el choclo de un charco… para meter el otro, a continuación, hasta la ingle, en un pantano.