Por lo visto, el síndrome grandeza es contagioso…Como en todos los contagios, el medio ambiente influye. Así, si Tomás Boy y alguno de sus filibusteros aprovecharon la victoria sobre los “Tigres” y el empate en Puebla, previos al reciente triunfo sobre San Luis, para hacer declaraciones triunfalistas, los dirigentes del Atlas hicieron lo propio a partir de las victorias sobre Ciudad Juárez, Morelia -a domicilio, además- y Veracruz para hacer otro tanto.*Se supondría que por su experiencia de cuatro años como vicepresidente del América y de once como presidente del Comunicaciones de Guatemala -exitosos en lo deportivo todos ellos, dicho sea de paso-, Pedro Portilla, actual presidente del Atlas, habría aprendido que es poco recomendable darle la mordida al pastel… antes de apagarle las velitas.Cualquiera que tenga a la mano el historial reciente del Atlas, sabrá que ya ha llovido desde los tiempos en que era relativamente frecuente que los rojinegros ligaran tres victorias consecutivas. Igualmente, cualquiera que haya seguido la pista del equipo en los últimos años -en lo que va del siglo, por ejemplo- sabrá que pocas veces han estado, como ahora, en lo que los “expertos” denominan “zona de Liguilla”; que su querencia habitual ha sido la zona del tabulador en que “el llanto y el crujir de dientes” -para utilizar una cita evangélica- son la tónica.*De los equipos que ordinariamente pelean en la parte alta de la tabla y que por comprensibles motivos fueron incluidos entre los favoritos para disputar el título, cinco, al menos, están fuera de su hábitat: Monterrey (9º.), Cruz Azul (10º.), León (12º), Pachuca (16º) y Toluca (18º). Pocos entendidos, empero, se atreverían a darlos por muertos. Las 15 jornadas pendientes parecen ser suficientes para que al menos tres de ellos tomen el paso y hagan efectivos los pronósticos.Es probable que los seguidores del Atlas ya hayan visto la agenda del equipo de sus amores en el corto plazo… y seguro que Portilla ya lo hizo: Cruz Azul, Pachuca, “Tigres”, América y Guadalajara.Si los rojinegros salen de esa seguidilla de exámenes a título de suficiencia aún instalados en “zona de Liguilla”, habrá que creer, entonces sí, que su actual presidente encontró la piedra filosofal que buscaban los alquimistas en la Edad Media, y que sería capaz de convertir en oro todo lo que tocara.(Como diría José Feliciano: “Ya veremos…”).