Que los 43 estudiantes de Ayotzinapa anduvieran en malos pasos -secuestro de camiones para participar en las tradicionales marchas del 2 de octubre, conmemorativas de los sucesos de 1968 en Tlatelolco: “cosas de muchachos”, pues…-, explica, en parte, pero de ninguna manera justifica el atroz desenlace de su historia.-II-El asunto retoma actualidad. El tema, de hecho, más que encontrarse en terapia intensiva, es mantenido con vida artificial 1) por los deudos de los propios estudiantes, 2) por quienes desde el principio de la historia se solidarizaron con su pena, 3) por quienes la han convertido en bandera ideológica o política, y 4) por la actual administración que ha visto en ella un rico filón de argumentos para alimentar sus sistemáticas embestidas verbales contra las administraciones pretéritas, caracterizadas por lacras que supuestamente ya han sido desterradas, como por arte de magia, de la vida pública de México: la corrupción y la incompetencia.Vuelve a hablarse de Ayotzinapa -como a partir del próximo domingo volverá a hablarse de Bavispe…- a raíz de la nueva reunión de los familiares de los estudiantes con el Presidente López Obrador y los integrantes de la pomposamente denominada Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia. Se anuncia que “entre febrero y marzo” habrá “avances” con respecto al sesgo que el año pasado tomaron las investigaciones, después de que varios indiciados en ese proceso fueron liberados por fallas en el mismo; entre otras, la obtención de confesiones y testimonios mediante tortura.-III-“Avances”, dicen… Hasta donde alcanza a vislumbrarse, pudiera haberlos a raíz de la decisión que se tomó de enviar a laboratorios del país y de Insbruck más muestras de los fragmentos óseos encontrados tanto en el basurero de Cocula como en otros sitios. Es posible que se consiga determinar que corresponden a uno o varios de los estudiantes de los que no se tiene la plena certeza de su muerte, y que alimentan el clamor de sus familiares y allegados: “Vivos se los llevaron y vivos los queremos”. No hay, en cambio, visos de que los prometidos “avances” se refieran a los autores intelectuales o materiales de esa barbarie. De donde se colige que su historia terminará siendo hermana carnal de la del ´68: motivo para que periódicamente haya manifestaciones en que se insiste en que el tema “no se olvida”… aunque persistan muchas dudas sobre la verdad… y, sobre todo, sobre la justicia.
