De Andrés Manuel López Obrador se puede decir que: .1. No fue tan malo como sostuvieron sus críticos, pero tampoco tan bueno como él asegura.2. Hasta antes de la reforma judicial habría sido un sexenio en muchos aspectos de continuidad con un acento distintivo en la justicia social.3. Tuvo la fortuna, eso sí, de contar con la peor oposición de la historia reciente. ¿Qué hubiera sido de AMLO sin sus adversarios?4. Peña Nieto dejó el cargo sin resolver Ayotzinapa con 23% de aprobación; Andrés Manuel tampoco resolvió Ayotzinapa, pero deja el cargo con 74% de aceptación (Oraculus). El misterio de su capital político desquició los parámetros analíticos de la comentocracia.5. La política también es teatralización. El Presidente entendió que el poder se ejerce como una puesta en escena. Es más fácil contar una buena historia que transformar una realidad, pero uno o dos ejemplos de ambas le bastaron para consolidar su mito…6. Desacralizó la figura presidencial y el lenguaje de la política a través de mil 438 mañaneras. “El Chicoché” se impuso al vocabulario tecnocrático del régimen neoliberal.7. El “mito” de la polarización se expresa matemáticamente así: siete de cada 10 mexicanos apoyan al Presidente saliente y una minoría de tres lo detesta.8. ¿Militarizó al país? Sólo culminó la tarea que comenzó Carlos Salinas cuando declaró al narcotráfico un problema de seguridad nacional. Una labor continuada por Zedillo, Fox, Calderón y Peña que convirtieron a los militares, cada uno con su aportación, en el centro de la estrategia antinarco.9. En la era de las redes sociales reinstauró el presidencialismo hegemónico del priato: convencer de que no hay nada más importante fuera de la agenda presidencial, que otros temas no importan. Un defecto que nuestro periodismo persiguió todo el sexenio como el conejo detrás de la zanahoria.10. El sexenio de AMLO: “El mejor de los tiempos y el peor de los tiempos”.
