El progreso, como casi todo en esta vida, tiene un precio. Ejemplos inevitables, que datan de la prehistoria: el fuego, la rueda… Y ahora, mucho más cercanos en el tiempo y la distancia, las construcciones de Guadalajara, algunas de las cuales han alcanzado la dimensión de símbolos de la misma, de testimonios de su historia, que han sido afectadas -¿qué tan severamente?: ya lo dirá el tiempo...- por las obras, aún en proceso, de construcción de la cacareada Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano.-II-Hay quienes aún deploran los perjuicios que ocasionaron, a mediados del siglo pasado, las ampliaciones de las avenidas Alcalde-16 de Septiembre y Juárez, y, unos años después, la destrucción de varias manzanas -incluida la vieja Plaza de Toros “El Progreso”-, para dejar el espacio a la Plaza Tapatía. Hay quienes sostienen que la ciudad perdió, por el sacrificio de su patrimonio y la alteración de su fisonomía, más de lo que ganó con esos cambios, realizados en nombre de la modernidad.La historia, como de costumbre, se repite. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), de manera conjunta, elaboran el inventario de fincas que ya acusan los efectos de la construcción del túnel por el que la Línea 3 cruzará el Centro de la Ciudad.Se trata (“Milenio”, XI-21-19, p. 8) de 19 construcciones. Una cifra razonablemente baja (“el vaso medio lleno”, podría decirse), considerando que algunas edificaciones de la zona ya son dos o tres veces centenarias; un dato preocupante (el correspondiente “vaso medio vacío”) por el valor histórico, patrimonial y simbólico de algunas de ellas: la Catedral -¡nada menos!-, el templo de San Francisco de Asís, la Casa de los Perros, y probablemente el Edificio Plaza, los arcos de cuyos portales hoy en día lucen burdamente apuntalados.-III- A reserva de una actualización del inventario, a realizarse la próxima semana, el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, expresó que “una vez que la Línea 3 inicie operaciones -por ahí de abril o mayo del año próximo, supuestamente-, los inmuebles tendrán que ser monitoreados para evitar que se deterioren o existan nuevas afectaciones”.(Tiene uno el mal pensamiento de que quizás la historia termine en el ritual “Bienvenido, progreso: los que van a morir te saludan”, y se lo reprocha de inmediato. “¿Cómo crees, grandísimo necio -se dice a sí mismo- que algo hecho en México pudiera estar mal hecho…?).