Recientemente, mientras el “Mariachi Sirenas” actuaba en un evento privado, un hombre desconocido y ya pasado de copas se acercó a Ibet. La agarró del brazo y quería llevarla a un rincón apartado. Ella le dio una cachetada y, como si nada, volvió a tomar su guitarra… La fiesta siguió. La misoginia y el machismo no la van a detener, dondequiera que vaya.Su pasión por la música, aún sin proponérselo, se convirtió también en la causa feminista que las integrantes de este grupo musical han tomado como su bandera. El mariachi es Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 2011, de acuerdo con la declaración la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). “Nosotras somos parte de esa humanidad”, alega Ibet Herrera.Muchas veces, cuando ella y sus compañeras llegan a tocar su música, les piden que mejor se “aprieten” sus trajes. Cada vez que negocian con dueños de restaurantes, les preguntan: “¿Por qué cobran tanto si son sólo mujeres?” o “¿las acompaña algún hombre que le entienda a esto?”No importa si llevan faldas o pantalones. Este grupo de mujeres del área de Chicago está transformando la música tradicional mexicana en la región. “Mariachi Sirenas” es el único grupo tradicional mexicano compuesto exclusivamente por mujeres en el Medio Oeste de los Estados Unidos.En un ambiente casi totalmente dominado por hombres, ellas están poco a poco conquistando terreno.No es un fenómeno nuevo. El nacimiento de los mariachis de mujeres se remonta a los años 50 cuando surgieron los primeros grupos femeninos de este género como “Mariachi Las Coronelas” o el “Mariachi Las Adelitas”, que incluso alguna vez llegaron a viajar de México a Chicago.Su expansión en este complicado mundo musical fue aún más lenta, pues fue hasta la década de los 80 que las mujeres alcanzaron relevancia a nivel mundial con el “Mariachi Las Perlitas”, originario de Guadalajara.En parte el fenómeno se debe a que la propia música tradicional representa a un sector de la cultura popular arraigado actitudes conservadoras donde perdura el machismo. El mariachi le canta a la mujer amada y no al revés. Los más tradicionalistas dicen que así siempre ha sido y así siempre será. Pero, obviamente, la historia nos ha enseñado muchas veces que la pasión por la música trasciende géneros.Un sueño de niñas migrantes “Mariachi Sirenas” comenzó hace cuatro años y, a pesar del freno en los eventos por la pandemia en 2020, han construido un gran número de seguidores con actuaciones en ciudades del estado de Illinois y de Indiana, Wisconsin, Ohio, Minessota. Incluso han viajado varias veces a Los Ángeles, California, atendiendo invitaciones de los clubes jaliscienses de esa entidad.Ibet, cofundadora del grupo, dice que este proyecto es la concreción de un sueño que tenía desde hace más de 20 años, cuando volvió a visitar México por primera vez desde que había llegado a Chicago como la pequeña hija de migrantes. El grupo comenzó con cuatro mujeres. Hoy ya son 11.No siempre ha sido fácil convencer al público y a sus colegas músicas de que un grupo de mariachis integrado exclusivamente por mujeres tiene todo lo que se necesita para ofrecer las mejores actuaciones. El “Mariachi Sirenas” sigue la tradición mexicana, pero con algunos ajustes en el tono. Obviamente es difícil, especialmente para las trompetas. Solo pueden alcanzar un tono más alto una vez que lo ajustan a la capacidad de una intérprete femenina. El reto de una mujer en la música es igual a cualquiera que también un hombre pueda tener. Sin embargo, en un género donde ellos predominan, necesitan esforzarse un poco más. Para las “Sirenas” es un desafío que las entusiasme y divierte.Una bonita coincidenciaLas cuatro fundadoras insisten en que fue una completa coincidencia que su primer ensayo ocurriera un Día Internacional de la Mujer. Desde aquel 8 de marzo de 2017 las integrantes del “Mariachi Sirenas” practican todos los domingos por la tarde en un apartamento del barrio latino de Pilsen.Ocho de las 11 integrantes actuales son mexicoamericanas de primera generación. Siete son músicas de primera generación. Tres, Ibet, Jeanette E. Nevarez y Laura Velázquez, son primas hermanas. El resto son “adoptadas”.“Mariachi Sirenas” comenzó cuando las tres primas se cruzaron con Eréndira Izguerra en un Festival de Mariachi en 2016. Si bien los grupos de música tradicional mexicana formados por mujeres son comunes en todo el país, no había oficialmente uno en Chicago. En el lapso de seis meses, las cuatro reunieron a otras siete mujeres para unirse a su nuevo grupo. Aquel 8 de marzo realizaron su primer ensayo.Un amigo de Izguerra recomendó que se hicieran llamar “Mariachi Sirenas de Jalisco” (ya que la mayoría son de origen tapatío). Finalmente eligieron quedarse sólo con el Sirenas. Querían un nombre corto, muy femenino, para un género muy masculino. “Mariachi Sirenas” debutó en el Festival de Tacos de Pilsen en junio de 2018. En esta primera actuación, un grupo de hombres al lado del escenario comenzó a cuestionarlas. Izguerra aún recuerda sus gritos: “¡No deberías estar ahí arriba! ¡Solo quítate las camisas! ¡Qué estás haciendo tocando esta música!”.Todas las integrantes del grupo tienen en alta estima el género del mariachi y se esfuerzan por mantener su interpretación dentro de la tradición. Sin embargo, mantenerse en la tradición no significa relegarse a las suposiciones equivocadas de la gente. Cuando se habla de mariachi, en la mente de muchos viene la idea de hombres gordos con bigotes y guitarras grandes. Pero obviamente hay más belleza en esta tradición de lo que se ha estereotipado. Ellas tratan de romper con ese estereotipo. “Mariachi Sirenas” se presentan en lugares que van desde fiestas privadas y clubes hasta festivales, escuelas y fiestas de cumpleaños de niñas.Con cada actuación, las “sirenas” navegan por su nuevo entorno, adaptan sus actuaciones y preparan sus corazones y mentes para cualquier reacción masculina con que la audiencia responda a su música ese día. Como las “sirenas” de la mitología griega, ellas saben nadar en aguas profundas y sobrevivir debajo del agua.MQ
