La creatina es un suplemento muy popular entre deportistas y personas que practican ejercicio de manera regular. Se comercializa con la promesa de mejorar el rendimiento físico, aumentar la resistencia y potenciar la fuerza en poco tiempo. Sin embargo, su consumo puede ser problemático cuando no se respetan las dosis recomendadas por expertos.La forma más segura de consumir creatina es a través de alimentos naturales, siendo esta la opción más recomendada. Por ello, te explicamos los posibles riesgos de utilizar este suplemento en tus entrenamientos.Según el Manual de Salud MDS de Estados Unidos, la creatina es un aminoácido que el hígado sintetiza y que se almacena en los músculos. Combinada con fosfato, se convierte en una fuente de energía de fácil acceso para el cuerpo, lo que la hace muy popular entre los atletas que buscan mejorar su rendimiento en actividades de alta intensidad.De manera natural, el cuerpo produce creatina en órganos como el hígado, el páncreas y los riñones, generando aproximadamente 1 g diario. Sin embargo, esta cantidad suele ser insuficiente para quienes practican deportes intensos, ya que un solo "scoop" de suplemento contiene entre 5 y 7 g, superando ampliamente la producción natural.Además de su uso en gimnasios, la creatina ayuda a reducir el cansancio muscular y se utiliza médicamente para mejorar la función física en personas con trastornos musculares o pérdida de fuerza debido a enfermedades. Según MedlinePlus, también puede disminuir la fatiga, incrementar la masa muscular y proteger el cerebro al aumentar los niveles de fosfocreatina, lo que favorece la concentración y el esfuerzo mental.