Cuando tuve mi primer contacto con un Corvette, ni siquiera sabía lo que era un Corvette. Sus formas me habían conquistado, su frente alargado, cabina pequeña y sobre todo esas calaveras ovaladas tenían un enigmático significado para mí. En ese entonces tenía unos 7 años, en plena edad del despertar del uso de razón y manejaba con la mano un diminuto Hot-Wheels de finales de los años 80.Hoy no sé dónde quedó ese auto, al igual que los otros cientos que tenía. Entre mudanzas, cambio de prioridades, todo pudo pasar. Pero, con el paso de los años uno no deja de soñar con hacer realidad ese preciso momento en el que conectaste con el mundo de los autos gracias a un modelo en especial y que quisieras tener en tu cochera algún día. Por eso toda la vida nos la pasamos pensando en que eso sucederá y trabajas hasta hacerlo posible de una u otra manera.Bien dicen que “Misteriosos son los caminos del Señor”, y henos aquí, tratando de explicar lo que siento por el Corvette. No soy el fan número uno, ni pretendo saberlo todo sobre este auto. Sin embargo, al dedicarme al periodismo automotriz, a veces tenemos que ir más allá de las emociones de lo que nos gusta o disgusta para redactar una prueba. Hoy quise que fuera distinto, me cargué del lado del corazón porque es un coche que desde que lo conocí de niño hasta que lo pude manejar en su más reciente generación, despertó en mí esa emoción que sigue intacta.Muchas veces estamos aquí para contar a ustedes los lectores ¿qué se siente manejar tal o cual coche? ¿Me conviene o no X o Y auto? Pero pocas veces relatamos esas emociones que nos llevan al pasado para traerlas al presente, sí, tal como el Corvette lo provocó en mí.Con todo esto que viví, el nuevo Corvette C8 Z51 Performance Package vino a recordarme que como auto sigue haciendo la magia. Ahora me tocó estar a bordo de uno y manejarlo por la ciudad dejando una estela de sonrisas en los niños, quienes tal vez tampoco sepan de qué auto se trataba, pero de que conectaron, conectaron -¡Un “Pitufo”! decían los papás a los niños, quienes creo que difícilmente sepan quién es ese personaje hoy en día-. Pero eso sí, el niño grandote transmitía esa emoción y conectaba con el niño pequeño. Y las damas no se quedan atrás, sobre todo aquellas que invitaban a sus hijos a mirar el auto o dejarlos tomarse una foto junto a él. Sin duda este auto es un imán de miradas. En fin, el Corvette es eso, un vínculo que no cualquier auto deportivo o no deportivo puede lograr.Pero, qué tanto de nuevo trae el Corvette C8. Desde la anterior generación y la antepasada -ambas tuve también la fortuna de manejarlas-, no había existido una evolución tan radical en este modelo.El motor se montó atrás, a escasos centímetros de nuestra espalda, con un cristal que nos permite ver cómo se mueve esa mole de acero al acelerar con enjundia y sobre todo sentir el empuje de 495 caballos de potencia y 470 libras-pie de torque con el que pone “a volar” los 1,530 kilogramos de peso del auto.La configuración para montar el motor atrás es un sueño que tenía la misma Chevrolet casi desde que se creó este modelo, pero los avances tecnológicos, la ingeniería y puesta a punto hoy les permiten ofrecerlo bajo esta configuración. Al hacer esto, el auto adoptó una silueta muy “europizada”, valga la palabrota, pues muchos llegan incluso a confundirlo con algún deportivo italiano. Esto es bueno y malo. Al verlo pasar tan rápido, tal vez creas que es eso. Pero al observarlo detenidamente, te acabas enamorando de cada trazo inspirado en la aerodinámica de los aviones de combate.Con este Corvette maximizado en emociones, nos fuimos a las rectas en la laguna de Sayula, la velocidad punta nos permitió llegar rápidamente a los 240 km/h, y nos daba a entender que podía dar más, pero elegimos la prudencia -algo difícil de encontrar con este juguete- al encontrarnos con algo de tráfico en el trayecto. Lo realmente interesante está en la fortaleza y desempeño de este auto. La tracción trasera y la caja automática de ocho velocidades con doble embrague le hacen el día a cualquiera. Escuchar al motor rugir al oído y respondiendo a cada velocidad en el modo manual, no tiene precio. Además, se puede elegir el modo de manejo, pero si programamos el adecuado para Pista, la sensación es imborrable. Traccionar en las curvas escalando hacia Tapalpa es fantástico, con una dirección precisa y la suspensión que colabora en plantarnos bien al piso, así como el frenado es excepcional gracias a los discos ventilados. Las ruedas, por cierto, son de 19 pulgadas al frente y 20 pulgadas atrás.Del equipamiento interior puedo destacar que del lado del conductor, la configuración es única y te envuelve en un ambiente individualista. Quien viaja de copiloto la va a pasar muy bien, si le gustan las emociones, pero tiene las mismas comodidades salvo estar relegado en la conducción. Contamos con aire acondicionado cuyos controles precisamente dividen la convivencia entre conductor y pasajero. Podemos desmontar el techo y guardarlo en la cajuela o intercambiarlo por otro de cristal. También se hacen presente amenidades como conectividad mediante Apple CarPlay y Android Auto, asientos tipo cubo, retrovisor con cámara (se puede desactivar y usar el modo clásico de retrovisor), sistema OnStar y conectividad mediante WiFi Hotspot, entre otros. Está de más decir que este auto cuenta con todas las asistencias de seguridad disponibles para protegernos.Con esto, el Chevrolet Corvette sigue siendo uno de mis favoritos de toda la vida… o mejor dicho, el máximo favorito. Mis sentimientos siguen intactos a pesar de que nos vemos en cada generación una o dos veces. Ojalá, algún día, lo pueda comprar para pasear, correr y no olvidar lo que un V8 es capaz de hacer, antes de que la era eléctrica nos lo arrebate.V8; 6.2 litros; Potencia: 495 HP @ 6,450 rpm. Torque: 470 libras-pie @ 5,150 rpm.Trasera.Automática de ocho velocidades (8+R).De discos ventilados en las cuatro ruedas, con ABS.Delantera: Independiente de doble horquilla con barra estabilizadora. Trasera: Independiente de doble horquilla, muelles y barra estabilizadora.Eléctrica progresiva.LARGO: 4,630 ANCHO: 1,934 ALTO: 1,234 DISTANCIA ENTRE EJES: 2,722PESO: 1,530 kilogramos. TANQUE: 70 litros. CAJUELA DOBLE: 357 litros en total.JL