El acné, es una afección cutánea que puede generar desde malestar hasta problemas de autoestima, suele combatirse con enfoques tradicionales que, en ocasiones, los agravan más. Contrario a las soluciones comunes que se centran en el uso de productos tópicos o cambios en la dieta, la farmacéutica especialista en dermofarmacia Gema Herrerías resalta un factor insospechado pero significativo: la higiene de tu teléfono móvil."Un estudio clínico realizado en 2020 concluyó que el abuso en el uso del móvil empeoraba el acné en un lado del rostro en siete de cada diez pacientes propensos a sufrir este tipo de problemas y lo desencadenaba en tres de cada diez sin acné previo", argumentó la farmacéutica.La implicación de un objeto tan cotidiano como el teléfono móvil en el desarrollo del acné es una información sorprendente, pero que tiene sentido si tenemos en cuenta nuestros hábitos diarios, como "la luz visible emitida por los dispositivos". Ya que estos destellos pueden aumentar la proliferación de una de las bacterias (staphylococcus aureus) que están detrás de la aparición de granos y espinillas en la cara.La coautora del libro 'Radiografía de un cosmético', señala que la acumulación de bacterias y suciedad en el teléfono móvil es otro de los motivos por los que se desencadenan este tipo de brotes: "Los brotes de acné en la zona de contacto con el móvil también se deben al calor emitido por el teléfono, sobre todo durante el proceso de carga, la fricción, la presión repetida sobre la mejilla al hablar, el sudor, el sebo, el polvo, los antecedentes de problemas en la piel".En todos estos procesos, multitud de microorganismos, que se acumulan en la pantalla, tienen la oportunidad de transferirse a nuestra piel, ayudando al desarrollo o agravamiento del acné sin que nos demos cuenta. Sin embargo, Gema Herrerías ofrece una solución sumamente efectiva: la desinfección regular de la pantalla del móvil con un paño suave de alcohol.Según esta experta dermatóloga, la zona facial, en particular, se ve afectada, desencadenando un acné de grado 3 en una escala de 0 a 5, especialmente en personas con problemas dermatológicos previos. Las lesiones más comunes incluyen pápulas (granitos rojos) y pústulas de color blanco, con la posibilidad de que aparezcan nódulos que dejan cicatrices.Así mismo, Gema Herrerías asegura que las pieles grasas con tendencia acneica son las más susceptibles, seguidas por las pieles sensibles con pérdida de función barrera y aquellas personas que no mantienen una higiene facial correcta.Por su parte, la dermatóloga Ana Molina subraya la importancia de abordar el acné temprano para evitar cicatrices no deseadas. Recomienda rutinas de limpieza combinadas con productos específicos que contengan antisépticos, antibióticos, hidroxiácidos o retinoides. También resalta la eficacia de la isotretinoína, un principio activo utilizado para tratar casos severos y ofrece consejos prácticos:Limpieza regular de la pantalla y bordes del teléfono con desinfectantes.