Gestionamos la crisis dentro de la crisis: Yannick Nordín

Para poder atender la pandemia de COVID-19 sin descuidar las emergencias del día al día, el Sistema de Atención Médica de Urgencias (SAMU), dirigido por Yannick Nordín Servín, quien también es secretario técnico del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes Jalisco (CEPAJ), tuvo que gestionar la crisis dentro de la crisis.

Ayudar tanto en números de emergencia, traslados de pacientes y ahora en vacunación, han sido de las actividades que ha tenido que realizar el Sistema, pero sin dejar de acudir a los accidentes o desastres naturales. Por ejemplo, brindaron apoyo ante el paso del huracán “Nora” que pegó en las costas del Estado.

Sin embargo, aún faltan cosas por hacer, como consolidar el número de emergencias, tener un SAMU Mar, uno en Puerto Vallarta, otro en la zona norte de Jalisco y tener más ambulancias.

—¿Cómo ha trabajado el SAMU durante la pandemia?

Como todos, no sabíamos qué nos iba a llegar. Sabíamos que era inminente que llegaría el virus, pero gracias a las relaciones con los servicios médicos y con otros países, específicamente con el SAMU de París y el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) de la Comunidad de Madrid, supimos qué medidas estaban tomando ellos para nosotros estar más prevenidos. Esto no fue como un terremoto: de repente, sino que avisó.

Lo primero que nos comentaron e implementamos fue un número único para la atención de la población con COVID-19, lo que llamamos un centro de contención para llamadas COVID-19, para preservar el 911 sólo para emergencias, porque algunos personajes dijeron que al 911 se podía llamar para saber dónde había camas y no. Eso sólo saturaba el número de emergencias. Este centro lo descongestionó porque los accidentes siguieron.

Es gestionar la crisis dentro de una crisis que ya tenemos. Gestionar el desastre dentro del desastre. No somos epidemiólogos o infectólogos, pero algunos tenemos la especialidad en desastres para atender lo cotidiano en lo emergente.

Empezamos con cuatro teléfonos y dos líneas a contestar teléfonos entre todos, ahora podemos atender 50 llamadas simultáneas.

Dentro de este centro de contención se formó a los rastreadores, que son quienes contestaban, y formaban a otros más.

En segundo lugar, nos pusimos a atender las emergencias (de COVID-19), lo importante era calmar a la población y darles seguimiento a los pacientes.

Luego ayudamos en la aplicación de pruebas, porque todos querían una, entonces era organizarse para programarlas y hacerlas, ya que había filas.

Después fueron las vacunas. Llegan aquí al almacén central. También ayudamos en las citas para el personal sanitario, montamos un centro médico avanzado como el de situaciones de desastres. Y hoy estamos en el Auditorio Benito Juárez para ayudar a quienes tengan reacciones a la vacuna.

Nuestra formación es irnos adaptando a la crisis. No han parado las emergencias ni traslados aéreos.

—¿Cuáles son los principales retos que enfrentan?

Adaptarse al desastre dentro del desastre. Poder responder simultáneamente a varios frentes.

—¿Qué falta por hacer al interior del SAMU?

Ha sido una promesa del gobernador separar al SAMU del CEPAJ, entonces estamos trabajando para poder crear un SAMU como es. Ahora también atendemos los accidentes y nos capacitamos. (Falta) la red de comunicaciones, tener helipuertos en cada hospital de primer contacto y una respuesta más rápida de nuestro equipo aéreo. Queremos llegar al accidente, no al hospital.

Ahorita también estamos regulando los protocolos de evacuación en hospitales en caso de una emergencia. Trabajamos en un comité con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y hospitales de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ).

—¿De qué manera han ido aumentando o bajando los servicios por casos de COVID-19?

Al inicio era una enfermedad desconocida y nos vestíamos con trajes casi de astronauta para protegernos, finalmente era desconocimiento. Ahora sabemos que es suficiente con un par de guantes, un cubrebocas, una bata quirúrgica desechable, ya no nos tenemos que poner los trajes tyvek para todo, y tener un buen proceso de descontaminación.

La primera y segunda ola fueron terribles, ahora que estamos en la tercera tenemos menos casos graves, pero hay más contagiados. Probablemente tenga que ver con la vacunación, pero sí sigue habiendo fallecimientos.

—¿Ha ido cambiando la cifra de las llamadas?

Han sido muy variables, no nos dábamos abasto pero después disminuyó mucho. El mes de agosto fue el que más tuvimos llamadas con mil 200 en promedio, después en julio como mil también y en enero, con el segundo pico, teníamos 800-700 en espera. Tratamos de hablar cotidianamente para saber cómo es la respuesta.

—En 2019 indicó que faltaban 40 personas entre médicos y enfermeras especializadas, ¿lo completaron antes de que comenzará la emergencia sanitaria?

Justamente tuvimos un apoyo importante para contratar a las 40 personas. Se contrataron médicos, enfermeros, técnicos en urgencias médicas y trabajadores sociales que ayudaron en el seguimiento del paciente, lo que fue un pequeño respiro para atender los casos graves, aunque en salud siempre hará falta personal.

—Un cuarto de las ambulancias debían ser cambiadas por antigüedad, ¿ya se realizó esa renovación?
Uno de los proyectos del SAMU es la red de ambulancias.

El gobierno del Estado compró 144 ambulancias básicas y 13 de terapia intensiva. ¿Cómo las repartimos? Dos de terapia intensiva fueron para el SAMU, cada hospital regional cuenta con una de terapia intensiva y fortalecimos municipios como Puerto Vallarta, donde se entregaron tres o cuatro ambulancias.

Estamos tratando de, para el próximo año, programar una entrega de 30 o 40 ambulancias, para siempre tener un parque vehicular lo mejor posible, porque siempre hay accidentes. Por ejemplo, de esas ambulancias que se entregaron, ya van cinco que tuvieron accidentes y no sirven.

—Pretendían que el 911 también pudiera ser atendido por un médico para acortar los tiempos de reacción, ¿cómo va eso?

No ha habido avance en un número único. Hemos tenido pláticas con el director del C5, Alejandro Plaza, para poder atender las llamadas médicas. Es decir, cuando se contesta al 911, que se transfiera la llamada, con voz y con datos, y pueda ser atendida por un médico o regulador y tratar de enviar la ambulancia específica a cada caso.

Estamos en pláticas, no hay nada concreto, pero esperamos pronto volver a tener nuestra central de emergencias aquí.

—¿Hubo retraso por la pandemia?

Sí nos vino a dar más trabajo. Se siguió atendiendo lo emergente pero algunos trabajos no avanzaron tan rápido como nos hubiera gustado.

Algo que es importante es el convenio que se firmó con el gobierno francés para formalizar la cooperación entre el SAMU París y Jalisco.

—¿Cuántos servicios en helicóptero han tenido relacionados con la pandemia?

Entre 20% y 30% del total de los servicios en estos meses de pandemia han sido relacionados con ésta. Trasladamos a muchos pacientes de los hospitales de Puerto Vallarta, sobre todo, para descongestionarlos.

Pero cuando el paciente está muy grave, trasladarlo es muy difícil y, finalmente, el costo-beneficio no es tan bueno.

Tratamos de que el traslado sea en un paciente estable para mejorar su tratamiento en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Mientras que por tierra hasta 80% de los traslados llegaron a ser  por COVID-19. Fueron cambiando, pero ahora un 20% son COVID.

—¿Cuánto aumentaron los servicios anuales?

Un 40-50% y con el mismo personal. Tuvimos el apoyo que necesitábamos, son personas de contratos que, por ejemplo, en el Hospital Ángel Leaño ya no se volvieron a contratar, pero el (personal) de aquí no se tocó. Se sensibilizaron con la importancia que tiene el SAMU en estos casos.

—En su 20 aniversario, el secretario de Salud Fernando Petersen señaló que construirían un nuevo SAMU en Puerto Vallarta, ¿cómo va el proyecto?

Tenemos un vehículo, un médico y un técnico en urgencias médicas que están operando 24 horas en Puerto Vallarta y que nos han servido de enlace ahora que fueron los huracanes y estuvieron presentes en coordinación con autoridades locales y federales.

—Usted también dijo que era prioritario uno en la zona Wixárika, ¿aún siguen en pie?

Ahora que hemos hecho varios traslados allá, hemos estado en comunicación con el director de la jurisdicción sanitaria de allá y estamos trabajando en un diccionario médico para poder comunicarnos.

Fuimos a apoyar en la vacunación, llevando vuelos porque son lugares de difícil acceso, y también tenemos en pie ese proyecto en el que no hemos podido avanzar, como el SAMU del mar, pero sigue en pie.

—¿Cuáles son los principales proyectos a realizar este año y el que sigue?

Próximamente tendremos la visita de una delegación francesa y diplomáticos en una misión de “scouting” para ver cómo vamos y en qué proyectos vamos a trabajar y para el próximo año hemos tenido una cercanía con la Sedena y la Secretaría de Marina porque tenemos el proyecto del SAMU del mar, que es en coordinación con la Marina Nacional y es algo que nos gustaría ver cristalizado.

Por otra parte, también tenemos los simulacros y se ha estado en pláticas con Sedena y el Hospital Militar para intercambiar que vengan médicos del Ejército a entrenarse aquí con nosotros y nosotros poder mandar médicos con ellos para entrenarlos en la medicina táctica.

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